Astarbe dokumentu historikoa

Mendiola Baserriko banaketaren eskritura. Iturria: A.H.P.H.: 3/932, fols. 10r-13v.

Astarbe es una de las sidrerías más antiguas de Gipuzkoa pero, también, una de las pocas regentas durante cinco siglos por una misma familia. Establecida en el caserío Mendiola, su primer documento histórico data del 20 de mayo de 1563, momento en el que Catalina de Alcega (viuda de Martín de Aizarna) y su hija María Martínes de Aizarna se repartieron la casa y todos sus pertenecidos por las desavenencias surgidas entre ambas. Desde entonces, quince generaciones se han dedicado a la elaboración de sidra y al cultivo de la manzana.

En siete ocasiones el heredero de Mendiola fue una mujer, de ahí que en estos 450 años de historia el apellido de sus propietarios haya variado tanto. Sus primeros dueños fueron Martín de Aizarna y su mujer Catalina de Alcega. A ellos les siguieron María Martínes de Aizarna, Tomás de Tafalla, Isabela de Tafalla, María Juan de Zapiain, Pedro de Larramendi, Juan de Larramendi, María Josefa de Larramendi, Ana María Matías de Zugasti, María Ascensión Arrillaga, María Josefa Ramona de Zubiarrain, Eugenio Marcial de Astarbe, Miguel José Astarbe, Manuel Astarbe, José Manuel Astarbe y Hur Astarbe. El primer Astarbe, de nombre Agustín Antonio, llegó a Mendiola el 17 de noviembre de 1823 a raíz de su matrimonio con María Josefa Ramona de Zubiarrain.

Al igual que otras muchas familias, los de Mendiola dispusieron de un férreo control de la transmisión patrimonial mediante la cesión troncal a favor de un único heredero,  los contratos matrimoniales y los testamentos. Tejieron con este motivo importantes lazos familiares con algunas de las estirpes de mayor raigambre y solera de la zona, como por ejemplo, los Guruceaga de Astigarraga y los Zapiain de Usurbil.

El caserío Mendiola fue levantado en unas heredades del barrio de Galtzaur –que en aquél entonces estaban bajo el la jurisdicción de los Señores de Murguía, y no en Astigarraga– de gran valor estratégico (al pie del antiguo Camino Real) y económico (una gran extensión de manzanales y de tierras que llegaban hasta el término de la “Ribera”, entre ellas algunas de las más fértiles del entorno), circunstancias ambas que facilitaron la producción y comercialización de la manzana y la sidra. La valía de estas propiedades, además, fue incrementándose  con el paso del tiempo merced a la política familiar de invertir el dinero en la plantación de viveros de manzanos, la adquisición de nuevas tierras o, incluso, la compra de otros caseríos, como por ejemplo el caserío Amoraduenea, conocido posteriormente como Bordaberri, en 1695.

Mendiola en sus orígenes fue el típico caserío-lagar vasco. Inmueble de sólida construcción, en su interior albergó un lagar de enormes proporciones que debió ocupar todo el eje longitudinal del edificio en sus dos plantas y debió estar dotado de una gruesa viga horizontal. Estas máquinas basaban su funcionamiento en los principios de las antiguas pesas romanas; su enorme viga horizontal, que podía medir hasta 12 metros de largo, se hacía descender hasta apisonar la masa de manzanas colocada baja ella, mediante un enorme tornillo de madera. En la década de 1590 este artilugio fue sometido a diferentes mejoras para su acondicionamiento, para finalmente ser sustituido  por uno nuevo a mediados de la centuria siguiente. En los años 1823 y 1854 se procedió a la reconstrucción del caserío porque su interior “amenazaba ruina”, por lo que es muy probable que fuera entonces cuando se desmontara el antiguo lagar del siglo XVII y se procediera a la construcción del edificio anejo al caserío para colocar en él un nuevo lagar, el cual todavía existe.

Salvo en la década de 1590, sus dueños han explotado directamente la finca. La producción de manzanas y la elaboración de sidra han sido sus principales actividades, de ahí su preocupación por producir manzanas de calidad (dos variedades, incluso, actualmente son conocidas y comercializadas bajo las denominaciones de Mendiola y Astarbe), aumentar sus plantaciones y tener los viveros de manzanos en óptimas condiciones. Ello les posibilitó dedicarse a la comercialización de la sidra y figurar en algunos momentos de la historia en la nómina de los principales productores de sidra de Astigarraga, como por ejemplo en 1765, 1923 y 1931.

Fieles a la tradición de apostar por la calidad y la innovación, la sidrería Astarbe ha celebrado su 450 aniversario con el lanzamiento al mercado de un nuevo producto: la sidra espumosa Byhur.

 

IturriaSagardoaren Lurraldea Boletina 31.zkia.
Egilea:
 Lourdes Odriozola Oyarbide