Todo estaba preparado para un estupendo día de septiembre, pero un fuerte aguacero hizo acto de presencia en Donostia y la lluvia estuvo a punto de aguar la fiesta. Pero no lo consiguió. El Sagardo Eguna resultó un imán para muchas personas que, con paraguas e impermeables, se las apañaron para tomar unos tragos en los 40 puestos de sidra natural de Gipuzkoa, que llenaron los soportales de la plaza de la Constitución.

La trikitixa de los hermanos Estanga y los bertsolaris Sebastián Lizaso y Andoni Egaña no dejaron de animar desde el escenario, hasta que lograron expulsar el diluvio. Los improvisadores hicieron continuas alusiones al mal tiempo y el buen ánimo del público congregado y dieron paso al homenaje anual a los sidreros retirados este año, a quienes dedicaron unos bertsos. Lizaso dijo que el cielo lloró por su jubilación y las lágrimas asomaron en algunos de los presentes entre el público.

Fuente: Noticias de Gipuzkoa.