En la sesión de la Diputación de Guipúzcoa del 3 de octubre de 1908, el que fuera Presidente de ella, D. Joaquín Carrión propuso una moción que decía lo siguiente: que del 13 al 18 de octubre del mismo año, se iba a celebrar en Saint Brieuc, un Concurso y Congreso Pomológico, por la Asociación Pomológica de Francia y que, siendo de interés para esta Provincia el asunto que constituía la materia del Concurso, o sea lo relativo a la producción de la manzana y elaboración de la sidra, proponía a la Diputación que a semejanza de lo acordado respecto del Congreso de carreteras que había de celebrarse en París, dispusiera también enviar un representante a dicho Congreso Pomológico y que, este podría ser el director de la Granja de Fraisoro.
Usó de la palabra el Sr. D. Juan Olazabal, para mostrar su parecer en un todo conforme con la moción del señor Presidente, y dijo, que en este país, estamos muy atrasados por lo que hace a los métodos que se emplean para la elaboración de la sidra, y que debiendo ser el Congreso Pomológico de Saint Brieuc la última palabra, por decirlo así, en cuanto al perfeccionamiento de los métodos de dicha elaboración, entendía que era convenientísimo que se enviara allí un representante, a fin de que luego se difundiesen en el país los adelantos que se hubieran hecho en dicha industria.
Usó también de la palabra el Sr. Lafitte, para adherirse a las manifestaciones hechas por el señor Presidente y por el señor D. Juan Olazabal y expuso que el Congreso Pomológico que se iba a celebrar, no era el primero, y que ya que la Diputación no se había adherido en otras ocasiones a esta clase de Congresos, celebraba que se adhiriese en esta ocasión y enviara allí su representante.
Conforme la Diputación con lo propuesto por el señor Presidente, acordó que el director de la Granja de Fraisoro asistiera como representante de la misma al referido Congreso.[1]
Memoria
El director de la Granja de Fraisoro, D. Henri Delaire, a su regreso del Congreso, presentó una memoria, en la cual además de explicar las visitas realizadas, exponía las conclusiones que se desprendían para la mejora y fomento de la industria sidrícola de Guipúzcoa.
La representación extranjera en el referido Congreso la ostentaban comisiones de Guipúzcoa, Bohemia y Wutemberg, para quienes el Presidente del Congreso, Señor Cloarec, Diputado por el distrito de Morlaix y Presidente de la Asociación pomológica francesa, tuvo sentidas frases de bienvenida y de gratitud, ofreciéndose a facilitar por cuantos medios se hallaban a su alcance, la misión que nos estaba confiada, ofrecimiento que cumplió con creces y era procedente reconocerlo, haciendo justicia a las atenciones con que se nos distinguió.
Le contestó brevemente en nombre de Guipúzcoa, provincia de una nación hermana de Francia, agradeciendo su buena acogida.
El Concurso Pomológico de St. Brieuc tuvo un interés muy grande. Presentáronse en él más de tres mil lotes de manzanas y peras y numerosas muestras de sidras y alcoholes de sidra de los principales departamentos productores de este líquido.
Cada lote de manzanas y de peras llevaba, además del nombre de la variedad y del lugar de su procedencia, un boletín en el que se insertaba el análisis completo del jugo o mosto de la variedad, los caracteres del fruto y los del árbol. De esta manera el público podía juzgar y comparar provechosamente las condiciones de las distintas variedades.
En la sección de manzanos y perales figuraban únicamente, lotes procedentes de los arboricultores de la Comarca.
La sección de maquinaria era también algo deficiente. Sin embargo, las casas de Simon Fréres, de Cherbourg, J. Garnier y Cie., de Redon y V. Grenier, de Reimes, por no citar más que las principales, presentaban colecciones muy interesantes, particularmente en prensas y trituradoras perfeccionadas de manzanas.
En la sección de destilería para la obtención de alcoholes de sidra, las instalaciones de las casas Deroy y Egrot, de París, eran muy notables.
Si el Concurso ese año no tuvo la importancia que en los anteriores, en cambio el Congreso fue uno de los más interesantes, tanto por la competencia de los conferenciantes como por el número de los congresistas y el carácter práctico e importante de las conclusiones que se adoptaron.
No se extendió en la reseña de las sesiones de dicho Congreso porque vendría muy detallada en el próximo Boletín de la Asociación francesa de Pomología, a la cual pertenezcía y se limitó a exponer lo que en sustancia podía interesar al objeto principal que motivó su concurrencia que era el siguiente:
Estudio de los Métodos más Prácticos y Seguros para Fomentar el Cultivo del Manzano y la Fabricación de la Sidra en Guipúzcoa.
Antes de entrar en materia, dio cuenta brevemente, de las diligencias que practicó para la adquisición de elementos suficientes de estudio con que completar el que interesaba que realizara para nuestra Provincia.
Visitó y estudió detenidamente numerosas fábricas de sidra, de las mejor montadas en Francia, en las inmediaciones de las villas de Redon, Morlaix, St. Brieuc, Binic, Etable, Lisieux, Bayeux, Caen y Cherbourg, así como viveros, manzanales de particulares y manzanales de experimentación.
Visitó también la Escuela Nacional de Agricultura de Rennes y la Escuela Práctica de Agricultura de Troix Croix, centros docentes que se dedicaban especialmente a la pomología.
Estuvo en la estación pomológica de Caen, cuyo Director, señor Varcollier, amigo suyo, le dio amplias explicaciones y muy interesantes respecto a experiencias que realizaba y los servicios que prestaba a la pomología francesa.
Por último, visitó la estación agronómica de Quimperlé, dirigida por el señor Crochetelle, también amigo suyo, verdadera autoridad pomológica, autor de la pomología del Finisterre y de un tratado muy completo sobre la fabricación de la sidra. Este Señor fue el primero en crear manzanales de experimentación, creación que mejoró en proporciones muy notables el cultivo del manzano en el Finisterre.
Como consecuencia de estas visitas y estudios derivados de las mismas, procedió a comparar el estado de la industria sidrera de entonces en Francia con el de la de Guipúzcoa, para deducir como conclusión, el plan que podría adoptarse para fomentarla en la Provincia.
Henri Delaire, en el centro y con bombín, rodeado por los uniformados alumnos de la Granja-escuela de Fraisoro en 1911.
Fuente: Fraisoro ehun urte Gipuzkoar nekazaritzaren zerbitzuan – Fraisoro cien años al servicio del agro guipuzcoano.
Hacía ya unos cuarenta años que las nociones científicas más o menos adelantadas servían de base en la industria sidrera de Francia.
El cultivo de los manzanos fue mejorado, las diversas variedades estudiadas; la química enseñó a los fabricantes de sidra la composición del jugo de las manzanas y los elementos útiles que encierra; la Bacteriología indicó las reglas fundamentales de la fermentación y los medios para evitar las enfermedades. Aquel movimiento científico estaba lejos de haber llegado a su término, pues quedaba todavía mucho que estudiar. Sin embargo, la introducción de principios científicos en la industria sidrera fue muy fructífera. Era verdad que un buen número de labradores no había renunciado aún al empirismo y a la rutina seculares, pero no era menos cierto que aumentaba cada día el número de los que aprovechaban las nociones científicas aplicables a la industria sidrera y ponían en práctica los progresos de entonces. Además la sidrería industrial había adquirido un desarrollo muy grande; la fabricación de la sidra se lleva a cabo en verdaderas fábricas, por procedimientos perfeccionados y con máquinas modernas.
Aquellas fábricas producían anualmente de 5.000 a 35.000 hectolitros de sidra.
La Asociación francesa pomológica de Caen y varios sabios pomólogos habían dado un impulso activísimo a la marcha de la sidrería en la vía del progreso.
La industria de la sidra era al menos tan importante en Guipúzcoa como en los departamentos más sidrícolas de Normandía; pero la comparación de su estado acusaba una gran desventaja en nuestra Provincia.
Un abandono completo presidía al cultivo del manzano en Guipúzcoa. Los árboles estaban generalmente plagados de enfermedades criptogámicas, parásitos e insectos, no se abonaban ni se les sometía a ningún cuidado cultural.
La sidra que se obtenía era muy desigual y de difícil conservación.
La maquinaria que empleada dejaba mucho que desear y las condiciones del lagar eran muy defectuosas.
Se desconocían por completo las nociones científicas más sencillas que debían servir de base para la fabricación, así como la composición de la primera materia.
Tuvo noticias de que se habían estudiado las variedades de manzanas de la Provincia, tomando por base la densidad del jugo, pero esto no era suficiente para el perfecto conocimiento de una variedad; hacía falta conocer igualmente los caracteres del árbol y del fruto, así como su composición química.
El estado de la Pomología y de la Sidrería en Guipúzcoa era lastimoso y veía conveniente, en interés de toda la Provincia aplicar urgente remedio a él.
Para ello, a su entender y salvando el parecer de autoridades más competentes en la materia, propuso que deberían emplearse diversos métodos de fomento, que los dividió en cuatro partes:
- PRIMERA: Creación de una estación pomológica en la Granja “Fraisoro”.
- SEGUNDA: Establecimiento de manzanales de experimentación en distintos pueblos de la Provincia.
- TERCERA: Instalación de una sidrería experimental en la Granja “Fraisoro”.
- CUARTA: Creación en el programa de estudios de la Escuela de “Fraisoro” de una sección de sidrería de igual importancia que la relativa a la lechería.
Fuente: Boletín Sagardoaren Lurraldea nº32.
Autor: Ignacio Javier Larrañaga Urain. Técnico de Desarrollo Pomológico de la Unidad del Área Vegetal de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
[1] Biblioteca Koldo Mitxelena: “Registro de las sesiones celebradas por la Excma. Diputación de Guipúzcoa.” Año 1908, 19-20, Signatura 20977.