Zamoa

La posta Zamoa de Astigarraga fue construida en 1828 con el hecho de ser una antigua casa de postas del Camino Real. Los viajeros extranjeros que allí quedaban halagaban el lugar. El escritor francés Teofilo Gautier se sorprendió por su limpieza y también por las chicas hermosas, fuertes, bien vestidas y con largas trenzas que la atendían. Los menús locales también tuvieron su importancia. En 1849 las monjas agustinas compraron la casa con la ayuda del marqués de Valde-Espina.

El caserío Zamoa fue uno de los primeros emplazamientos propuestos para el museo de la sidra.