Belle Époque y sidrerías

En los primeros años del siglo XX Donostia alberga el mayor número de establecimientos dedicados a la venta de sidra de Gipuzkoa. En 1919 hay, ¡nada más y nada menos!, que 101 sidrerías, ubicadas fuera y dentro de la Ciudad. El trasiego de las karreto barrikas por las estrellas calles de la Parte Vieja es incesante. La sidra procede, además de los lagares de los barrios rurales de Donostia, de Alza, Astigarraga y Hernani.

Ilustración de la Parte Vieja de Donostia. Autor: Jokin Mitxelena.

Las sidrerías ocupan el sótano de las casas. Son por lo general oscuras y frescas. A la noche se iluminan con quinqués de petróleo suspendidos en alguna de las vigas. Componen su mobiliario múltiples y enormes kupelas de madera alineadas, varios escaños de madera relucientes por su uso, algunos bancos de mayor tamaño, una silla baja de madera y mimbre para la etxeko andre (ama de casa) que sirve la sidra, y un barreño con brasas con la parrilla de asar pescados.

Permanecen abiertas mientras hay sidra en las kupelas y de ellas, entre trago y trago, salieron muchas canciones populares. Su clientela es muy variada y se compone de empleados de comercio, artesanos, marineros y pescadores.

Calle Mayor de Donostia. Fuente: Gure Gipuzkoa.