La sidra y el mar
El siglo XVI fue una época dorada para la sidra. Todas las primaveras partían de Gipuzkoa muchas naos con destino a Terranova a la caza de la ballena y la pesca del bacalao. La travesía y la estancia en las inhóspitas tierras canadienses eran muy duras. Era vital preparar bien el viaje.
Aunque la dieta de los marineros era pobre en muchos nutrientes, nunca faltaban la sidra y el “bizcocho”. Disponían de 2 litros de sidra al día. Su vitamina C les prevenía de una de las enfermedades más temidas en el mar: el escorbuto. Cada marinero tenía derecho a consumir dos litros de sidra al día, por lo que tenían que llevar grandes cantidades de sidra.
Relación histórica entre la sidra y el mar.
Sebastián de Bastida es el armador del “San Nicolás”, que en abril de 1576 zarpa hacia Terranova y nos cuenta el aprovisionamiento que debe hacer para tan larga travesía: