Los caseríos de Santiagomendi

El caserío era una unidad económica y familiar. En Santiagomendi prácticamente todos ellos disponían de un lagar de madera para la elaboración de la sidra, tarea que guardaban celosamente en secreto y que se transmitía de padres a hijos. La gran importancia de los caseríos queda patente en el hecho de que diversas variedades de manzanas llevan sus nombres, como ocurre con Txalaka o Goikoetxea. Junto a los lagares, las caleras eran elementos muy destacados en donde se transformaba la caliza en cal viva para el abono de la tierra, el tratamiento de enfermedades…

El caserío es la unidad económica y familiar en la que todos cooperaban en el contexto de las duras condiciones de vida y trabajo. Todos roturaban y careaban la tierra, cuidaban el ganado, abonaban, hondeaban y cavaban sus manzanas, recogían y guardaban sus cosechas, cuidaban del ganado… El ajuar doméstico era bastante limitado: camas con sus cobertores, arcones, platos de estaño, candeleros, calderas…

Joanes de Etxeberria, del caserío Goikotxea, describe la dura vida en el campo, las tareas que debe realizar y de lo orgulloso que está de la manzana que cultiva:

El caserío representa la unidad de explotación del territorio y cobra una gran importancia en Astigarraga. Así lo atestiguan los numerosos datos que existen sobre ellos y sus lagares y su férrea transmisión patrimonial, lo que contribuyó a tejer importantes lazos familiares entre los habitantes del lugar.