Sagardoaren lurraldea

30 años de Astigarraga

Descripción

El Ayuntamiento de Astigarraga celebra hoy un Pleno extraordinario para conmemorar que en 1987 se desanexionó de Donostia y que la localidad nunca ha perdido sus señas de identidad.

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Ficha

  • Autor: Aitziber Muga
  • Fuente: Noticias de Gipuzkoa
  • Fecha: 2017-06-30
  • Clasificación: 6.7. Pueblos
  • Tipo documento: Prensa
  • Fondo: Sagardoetxea Fondoa
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  • Código: NA-007551

Texto completo

El Ayuntamiento de Astigarraga celebrará este mediodía, a partir de las 13.30 horas, un Pleno especial con motivo del 30º aniversario de la desanexión de Astigarraga de la capital guipuzcoana. El equipo de gobierno ha querido invitar a la celebración a las personas que han integrado las diferentes corporaciones municipales que ha tenido Astigarraga desde que se constituyera como pueblo. También se ha extendido la invitación a los trabajadores municipales. En este acto se quiere homenajear de manera especial a la primera Corporación municipal de 1987. El equipo de gobierno considera que esta es la ocasión idónea para reunir a todos los agentes que han trabajado conjuntamente para la constitución de Astigarraga en un pueblo con administración e identidad propia.

“Yo creo que Astigarraga siempre ha mantenido una identidad propia. Ha sido la primera en celebrar el Sagardo Berriaren Eguna y la gente joven recuperó la euskal dantza. Hoy en día también hay una involucración de los vecinos en la vida del pueblo, es una involucración del pueblo y desde el pueblo”, asegura la historiadora Lourdes Odriozola.

Odriozola recalca que Astigarraga, más concretamente Santiagomendi, ha estado habitado desde la prehistoria y que siempre ha tratado de ser independiente.

Una fecha señalada en la historia de la localidad es 1382, cuando los vecinos de Astigarraga suscriben un contrato con los señores de Murguía por el cual debían prestar a los señores una serie de servicios y pagar una serie de tributos a cambio de protección y varios derechos. Estos tributos se han seguido pagando hasta hace relativamente pocos años. Todavía hoy en día, hay baserritarras que se acuerdan de haber llevado ofrendas y regalos a los patronos.

En 1660 se creó el pueblo de Astigarra. “39 baserritarras hipotecaron sus caseríos para conseguir los 2.000 ducados, que era una cantidad muy importante, que les exigía la Corona para concederles la Real Cédula para convertirse en municipio, por lo que siempre ha habido un sentimiento de pertenencia a Astigarraga”, sentencia la historiadora. Por último, en 1840 se forma la Astigarraga tal y como se conoce hoy en día, cuando el pueblo absorbe la jurisdicción de Murguía.

De este modo, Astigarraga siempre fue independiente hasta que, tras la Guerra Civil, en 1939, se promulga una ley por la que los municipios de más de 100.000 habitantes gozaban de una serie de privilegios. “Entonces -cuenta Odriozola-, San Sebastián se anexionó las tierras de Pasai Antxo, Trintxerpe, Alza y Astigarraga”.

Durante todos esos años, los vecinos de Astigarraga siguieron manteniendo sus costumbres y su sentimiento de pertenencia a su pueblo. No obstante, el resurgir de su sed de independencia coincidió con la recuperación de la industria sidrera.

Odriozola recuerda que a comienzos de los años 80, la consultora Siadeco llevó a cabo un estudio sobre las sidrerías. En dicho estudio se recogió una encuesta entre los habitantes en la que el 91% dijeron estar a favor de su independencia.

“Una de las condiciones para que una localidad pueda ser independiente es que reúna las condiciones para poder mantenerse económicamente y Astigarraga lo era gracias al txotx”.

Así las cosas, en 1985 Astigarraga logró su declaración de desanexión, que no fue efectiva hasta 1987, cuando tuvo todos los permisos.