Sagardoaren lurraldea

En Igartubeiti solo faltaron Blancanieves, Adán y Eva

Descripción

En el caserío-museo Igartubeiti de Ezkio-Itsaso han celebrado la Semana de la Sidra. A las tradicionales prensadas de manzana se les ha unido una cata a la que han llamado, muy acertadamente, Dulce tentación.

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Ficha

  • Autor: Asier Zaldua
  • Fuente: Noticias de Gipuzkoa
  • Fecha: 2016-10-19
  • Clasificación: 3.5. Actividades
  • Tipo documento: Prensa
  • Fondo: Sagardoetxea Fondoa
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  • Código: NA-006966

Texto completo

Las personas que se han dado cita en el centro de interpretación han tenido ocasión de degustar manzanas y tartas elaboradas con esta fruta, de la mano del repostero Rafa Gorrotxategi y el museo de la sidra Sagardoetxea.

La manzana siempre se ha relacionado con la tentación y no es de extrañar. Las personas que participaron en la cata no pudieron resistirse al fabuloso olor y color de las frutas y las tartas y se lo comieron todo. Blancanieves, Adán y Eva, los tres comedores de manzanas más conocidos de la historia, no lo hubieran hecho mejor.

Gorrotxategi explica que José Mari Alberro (de Sagardoetxea) y él trataron de hacer algo distinto. “En casa siempre he oído que la mejor manzana para hacer tartas es la reineta, pero a la hora de la verdad siempre utilizamos la golden porque es más fácil de pelar y con ella la tarta queda más blanca. Esta vez hemos hecho las tartas con tres manzanas muy distintas. Primero las probamos en crudo y después en tarta”.

El afamado repostero tolosarra considera que la manzana da mucho juego. “En pastelería se utiliza mucho esta fruta. Es la más utilizada. Es famosa la leyenda sobre el jugador de cesta punta que abrió una pastelería en el extranjero y se hizo rico vendiendo tartas de manzana. La manzana es muy agradecida: en tarta, asada tal y como se hacía en los caseríos... En la fiesta Tolosa Goxua se organiza un concurso y cuando más participantes se presentan es cuando el plato a preparar es la tarta de manzana. Algunos presentan la tarta clásica, otros la hacen con trozos grandes para que se vea mejor la manzana...”.

Kizkitza Ugarteburu, del caserío-museo Igartubeiti, comenta que la experiencia mereció la pena. “Fue una especie de experimento. Primero probamos tres manzanas y después tuvimos que acertar con cuál de ellas se había elaborado cada tarta. Vimos, por ejemplo, que la variedad goikoetxe es muy viva en crudo, pero en el horno pierde esa viveza”.

Adelanta que, seguramente, volverán a organizar este acto. “Los participantes se fueron muy a gusto, por lo que quizá lo repetiremos un sábado”. Igartubeiti: como la casa de chocolate de Hansel y Gretel, pero con manzanas y sin bruja.