Txotx, talo, feria..., y a disfrutar
Descripción
Oñati vivió ayer un trepidante maratón festivo. Herri Eguna estuvo a la altura y el público de todas las edades se volcó con la fiesta, que continúa hoy y se despide mañana con los disfracesNo hay quien pueda con Herri Eguna.
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Ficha
- Fuente: Noticias de Gipuzkoa
- Fecha: 2016-10-02
- Clasificación: 5.2. Días de la sidra
- Tipo documento: Prensa
- Fondo: Sagardoetxea Fondoa »
- Código: NA-006954
Texto completo
Oñati vivió ayer un trepidante maratón festivo. Herri Eguna estuvo a la altura y el público de todas las edades se volcó con la fiesta, que continúa hoy y se despide mañana con los disfraces
No hay quien pueda con Herri Eguna. Ni las previsiones meteorológicas que auguraban lluvia –afortunadamente no se cumplieron– mermaron las ganas de degustar el trepidante maratón festivo que ayer se vivió en Oñati. Los clásicos ingredientes que por estas fechas homenajean la cultura y costumbres de los baserritarras volvieron a ser los reyes de una fiesta que no entiende de edad. Niños, jóvenes y adultos cayeron rendidos a los pies de la popular jornada que transformó la villa oñatiarra en un escaparate ferial en toda regla.
“Sin duda, es el día más bonito de las fiestas, que aprovechamos para juntarnos toda la cuadrilla”, explicaban un grupo de jóvenes en el multitudinario txotx popular que pasadas las doce del mediodía convirtió la Herriko plaza en una gran sagardotegi al aire libre. A juzgar por los litros de sidra que corrieron –en torno a 2.500 que sirvieron los 26 productores que asistieron a la 30ª edición de esta cita–, fueron muchos los que bañaron el paladar con el preciado caldo guipuzcoano. Al igual que también fueron muchos los que abrieron apetito a base de un sabroso talo. La taberna popular trabajó a destajo hasta tal punto que agotó el género. Desde los fogones apuntaron que se vendieron más de 3.000 talos y bocadillos.
Pero Herri Eguna tiene más alicientes que garantizan que la jornada más participativa de los festejos oñatiarras reedite su éxito año tras año. Los alrededores de la Universidad y su claustro fueron como de costumbre el punto de encuentro de productos del caserío de indudable calidad, que compartieron protagonismo con curiosas flores y plantas, el ganado lanar, caballar y vacuno, además de con artesanos de distintas ramas.
Entre el público la estampa dominante fueron los trajes de baserritarras que dejaron verse por cada rincón de la fiesta que ayer inundó Oñati. Un hervidero de gente de todas las edades recorrió, sin perder detalle, los expositores; muchos, incluso, no pudieron resistirse a echar mano al bolsillo y llevarse a casa unos sanos y ricos tomates, unas jugosas manzanas o un delicioso pastel vasco.
Pasadas las 13.00 horas se daban a conocer los ganadores del concurso de quesos. En primer lugar quedó la pieza de Kandido Urzelai (Leibar), seguida de Gomiztegi y Félix Azkargorta (Iruatz). Ortuzabala se llevó el reconocimiento al mejor lote de tomates, y Félix Azkargorta logró la misma distinción en manzanas. Se dedicaron, asimismo, unas palabras de agradecimiento para el oñatiarra Ángel Karretero y el bergararra Emeterio, que durante años han tomado parte como jurado en los concursos de frutas y verduras (este año en estas categorías no se repartieron primero, segundo y tercer premio).
Tras la comida popular, el deporte rural y las romerías pusieron la guinda a un día redondo, que también vibró al ritmo del txistu, la trikitixa y las gaitas. Los oñatiarras se volcaron. Hoy la fiesta continúa y mañana se despide con los disfraces: una receta de ingenio, diversión y humor.