Sidrerías y calçots, dos propuestas perfectas para terminar la temporada de invierno en País Vasco y Cataluña
Descripción
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Ficha
- Fuente: periodistadigital.com
- Fecha: 2014-02-21
- Clasificación: 2.1. Sidra
- Tipo documento: Prensa
- Fondo: Sagardoetxea fondoa »
- Código: NA-005504
Texto completo
Cada 23 de enero la localidad de Valls, en Tarragona, inicia la temporada (oficial y gastronómica) de calçots: la delicia de comer en grupo en torno a una barbacoa es una tradición tan arraigada o más que los castellers. La temporada dura casi cuatro meses, aunque quien recoge calçots ya en noviembre. Con la llegada de la primavera, la última semana de marzo o la primera de abril, terminan las calçotades oficiales. --BUSCA TU ALOJAMIENTO EN ESCAPADARURAL.COM-- Por su parte, el grito de "¡Txotx!", el que inicia la temporada de sidrerías en el País Vasco, se lanza a mediados de enero. Como las calçotades catalanas, hacia el mes de abril termina la temporada de sidra, la que nos deja saborear el producto natural desde las barricas (kupelas) directamente. Ambas tradiciones forman parte de la cultura popular de los respectivos territorios. La gastronomía ecológica, natural y social, pues son actividades en grupo, de charlas y risas, son la alternativas perfectas para los que huyan (o vuelvan) de las estaciones de esquí pirenaicas. Valls es la capital dels calçots, esas hortalizas de la familia de las cebollas que se hacen al fuego. Astigarraga, por su parte, es uno de los lugares más famosos para irse de sidrerías. Lo suyo, lo tradicional, es comer calçots de pie y al aire libre, pese al invierno. Se prepara el producto al fuego, que no a la brasa, y cuando están hechos cada cual con su manojo los pela, los unta en la salsa romesco (el éxito del evento depende de ella) y se lo come de un tirón como quien se come un sólo espagueti, con el brazo en alto y preparando la gran boca. Mientras, en Euskadi, la sidra es un producto de interior. Ambientes pintorescos con grandes kupelas y largos bancos de madera. Reciben al comensal con un variado de carnes a la brasa, tortillas de bacalao, pintxos... según el lugar.Luego, el ritual de acercarse a las barricas y servirse tanta sidra como uno quiera. "¡Txotx!" Y a reír. La calçotada por un lado y la sidrería por el otro son de las tradiciones de invierno que más conectan con el sentir popular y con la tierra que se visita. Y todo, con un sabor de boca exquisito. Si quieres disfrutar de alguno de estos placeres, desde EscapadaRural.com te proponemos cinco casas rurales en cada uno de los lugares idóneos para lanzarse a la experiencia. Para disfrutar de los calçots catalanes: • Espai Fonda, en Sant Jaume dels Domenys (Tarragona) • Can Salvador, en Les Cases d'Alcanar (Tarragona) • Cal Tuyà, en Sant Martí Sarroca (Barcelona) • Masia les Torres de Selma, en El Pla de Manlleu (Tarragona) • Masia El Buxaus, en Arbúcies (Girona) Para disfrutar de las sidrerías vascas en Astigarraga: • Arraspine • Artola • Kaxkarre • Añarre Zarra • Pardiola