Sagardo Eguna muy intenso
Descripción
Eventos / XXIII. Sagardo Eguna / Errenteria / sidra / degustación de sidra y ternera / txalaparta / bailes vascos / dulzaina
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Ficha
- Autor: Luisma Rodríguez
- Fuente: El Diario Vasco
- Fecha: 2011-05-01
- Clasificación: 5.2. Días de la sidra
- Tipo documento: Prensa
- Fondo: Sagardoetxea fondoa »
- Código: NA-004456
Texto completo
El Sagardo Eguna de Errenteria celebró ayer su edición número 23, que estuvo organizada por un total de 18 sociedades de Errenteria y en el transcurso del cual se pudo degustar la sidra de cinco productores locales, en una de las ediciones más autóctonas que se recuerdan. La fiesta mantuvo el esquema de años anteriores, con su arranque a las 12 del mediodía en la Plaza de los Fueros con música de txalaparta así como de dulzaineros y baile de euskal dantza, que tras su actuación en la plaza iniciaron una kalejira por las calles del centro, con un carro con manzanas, llamando a sumarse a la fiesta. Mientras se podía adquirir en varios puestos el vaso y pañuelo por seis euros, que daban derecho además de a degustar la sidra que se quisiera, a comer un sabroso pintxo y a tomar parte en el sorteo de una comida o cena para dos personas en una sidrería. El sol que hizo al mediodía y una temperatura ideal para beber sidra animaron a muchos errenteriarras y visitantes a sumarse a estos primeros momentos de la fiesta. La misma tuvo su continuidad, ya por la tarde, a las 18.00 horas en la Alameda, con nuevos alicientes, como el concurso entre las sociedades sobre quién era el que mejor escanciaba la sidra y la degustación del ternero asado, que se fue cocinando a fuego lento desde primeras horas de la mañana en la plaza Lehendakari Agirre, colindante con el recinto ferial. Por la tarde, la fiesta volvió a contar con centenares de personas ávidas de degustar la sidra y de imbuirse del ambiente euskaldun, al que contribuyeron la música de los trikitilaris y este año como novedad de una batucada. Cada uno prolongó la fiesta hasta que el cuerpo aguantó, pero las energías duraron más que la sidra, que se bebió en grandes cantidades.