Sagardoaren lurraldea

El imperio de los sentidos

Descripción

Eventos / otros / grupo Hordagoardoa / gastronomía / Kursaal / cata sensorial de sidra, txakolí, vino y queso

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Ficha

  • Autor: Mikel Madinabeitia
  • Fuente: El Diario Vasco
  • Fecha: 2013-10-09
  • Clasificación: 5.8. Otros
  • Tipo documento: Prensa
  • Fondo: Sagardoetxea fondoa
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  • Código: NA-004322

Texto completo

Sabíamos que la gastronomía ha progresado de tal manera que es el camino más corto para ser feliz. Pero lo que desconocíamos es que también es un excelente trampolín para cualquier disciplina artística. La experiencia que vivimos ayer por la tarde en el Kursaal traspasa todos los límites imaginables y se coloca directamente en el olimpo de los dioses. Fue una sinfonía de sabores. El imperio de los sentidos. El grupo Hordagoardoa deleitó a los asistentes en la sala 10 del Kursaal con una experiencia irrepetible. El enólogo y sumiller Mikel Garaizabal sorprendió, qué digo sorprendió, enamoró a los presentes con su banda de artistas formada también por Ander Areizabal y Go- tzon Garaizabal. Así, la cata dejó de lado los formalismos más tradicionales para convertirse en un recorrido por las percepciones sensoriales de los vinos y los quesos. Se pudieron probar vinos de Rioja Alavesa, sidra natural del País Vasco con Eusko Label y txakolis de denominación de origen Getaria, Bizkaia y Araba acompañados de queso Idiazabal. El nivel fue excelente y la cita no fue sólo gastronómica, ya que Garaizabal y los suyos se las ingeniaron para que allí se combinaran la interpretación, la música en directo, la poesía y la pintura gracias a la participación de la Banda Bassotti, un grupo de ska italiano. Y créannos, es la mejor degustación a la que hemos asistido nunca. Los actores interactuaron con el público de manera divertida con sus ocurrencias, cantos y poemas, al mismo tiempo que los caldos y el queso servidos fueron de un nivel primoroso. Imponente. Tuvimos la fortuna de compartir la cata con la donostiarra Nere Ariztoy, experta en turismo gastronómico, que nos informó y asesoró en todo momento sobre lo que bebíamos y comíamos. Sus apuntes fueron extraordinarios, ideales para disfrutar de la degustación. Ruth Mozo, de Getariako Txakolina; Inés Baigorri, de Rioja Alavesa; Unai Agirre, de la sidra natural del País Vasco con Eusko Label; y José Mari Uztarroz, de Queso Idiazabal, efectuaron una breve presentación de las denominaciones de origen que representan. El mejor aperitivo para comprender dónde estábamos y lo que íbamos a hacer. Getariako Txakolina abrió la velada con un caldo soberbio, perfecto para un inicio sosegado. De ahí pasamos al txakoli alavés justo después de participar en unos cánticos similares a las bilbainadas que se hicieron célebres en 'Vaya Semanita'. El txakoli de Vizcaya puso el punto final y posteriormente nos repartieron un palillo con un embriagador aroma de vainilla, contrapunto perfecto para cambiar de rumbo. Llegaba el momento de pasar a un Rioja Alavesa. Otro mundo. Otro placer. Otra joya. Así fuimos probando diferentes caldos mientras que los compañeros de Mikel Garaizabal -un poeta de la vida- tocaban la txalaparta y recitaban bertsos de Xalbador. Un espectáculo. Finalmente, dos raciones de queso Idiazabal, una ahumada y otra sin ahumar, supusieron la guinda. Porque en esa cata vimos, oímos, tocamos, olimos y saboreamos. Fue el imperio de los sentidos.