Sagardoaren lurraldea

Planes sin salir de casa en vacaciones

Descripción

Turismo / bahía de Pasaia / cultura / Historia / gastronomía

gastronomía gipuzkoa historia cultura turismo

Ficha

  • Autor: Elena Viñas
  • Fuente: El Diario Vasco
  • Fecha: 2013-08-11
  • Clasificación: 6.7. Pueblos
  • Tipo documento: Prensa
  • Fondo: Sagardoetxea fondoa
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  • Código: NA-004101

Texto completo

La bahía de Pasaia ofrece durante el verano actividades destinadas a públicos de todas las edades. Sumergirse en la historia o en las siempre plácidas aguas que bañan las diferentes orillas de Pasaia. Disfrutar de tranquilos paseos por ese paisaje pintado de verde y azul o atreverse a practicar actividades en apariencia más arriesgadas. Dejarse seducir por la gastronomía local y también por las vistas más propias de una postal. El verano invita a redescubrir el municipio y sus múltiples atractivos. Los museos abren sus puertas por vacaciones dispuestos a mostrar lo mejor de sus fondos. Desde la Casa Victor Hugo, con la recreación de la estancia del escritor francés a través de sonidos y luces; a Ondartxo, ese centro de interpretación de embarcaciones tradicionales que estos días se reinventa en San Pedro; sin olvidar el 'Mater', el barco en el que se aprende a vivir como los arrantzales. Las iglesias también cuentan con sus propios 'tesoros'. Quién no ha oído hablar de la imagen de cera de Santa Faustina, una donación que hizo el cardenal Zurla a Juan Manuel Ferrer. La leyenda cuenta que Faustina, hija de un noble romano, fue degollada por su propio padre al enterarse de que era cristiana y se negaba a abjurar de su fe. El corte sangriento que se observa en el cuello de la niña recuerda este hecho. La figura se halla en la parroquia de San Juan, en cuya fachada puede contemplarse una cabeza de piedra incrustada en el muro de contención que hay frente a la portada. Dicen que su origen y su significado son desconocidos. Victor Hugo la denominó «la escultura misteriosa» en su obra. Ulia y Jaizkibel Los planes se multiplican por los montes Ulia y Jaizkibel, en los que trazan rutas para mendizales. Desde lo más alto, la vista se pierde en el horizonte tras posarse en los tejados de las casas que parecen salidas de un cuento. Aquellos que prefieran el mar disfrutarán de baños en la pequeña cala de Alabortza o de prácticas de buceo con las empresas que ofrecen su servicio en las aguas de la bahía. Sin llegar a mojarse, Itxas Zerbi invita a navegarlas poniendo rumbo a cada uno de los cuatro puntos cardinales en una singladura para el recuerdo. Y para reponer fuerzas, nada mejor que degustar un menú provisto, por supuesto, de platos de pescado en los restaurantes de los diferentes distritos. Sin aún queda tiempo, nada mejor que dejarse seducir por la puesta de sol desde la cantina que, durante el verano, permanece abierta en el paseo de Puntas.