Dos en uno
Descripción
Un donostiarra idea un corcho que hace las veces de escanciador llamado a revolucionar la taponería de la sidra
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Ficha
- Autor: Borja Olaizola
- Fuente: El Diario Vasco
- Fecha: 2013-05-15
- Clasificación: 2.2. Productos
- Tipo documento: Prensa
- Procedencia: Gipuzkoako Foru Aldundia - Iñaki Larrañaga
- Fondo: Sagardoetxea fondoa
- Signatura: P30-94
- Código: NA-003518
Texto completo
Un donostiarra idea un corcho que hace las veces de escanciador llamado a revolucionar la taponería de la sidra El mundo de la sidra no se ha caracterizado por las innovaciones tecnológicas, más bien al contrario. Lo que siempre ha cotizado al alza en ese microcosmos poblado de kupelas, vasos y botellas es el apego a la tradición, el respeto a métodos y formas de hacer que hunden sus raíces en la noche de los tiempos. La aparición de una novedad siempre ha suscitado cierto recelo, así que la calurosa acogida dispensada al tapón-escanciador ideado por un ingeniero donostiarra solo puede decir dos cosas: que las nuevas generaciones de sidreros tienen una actitud mucho más abierta que sus antepasados y que el corcho se ha revelado mucho más práctico y eficaz de lo que las primeras impresiones hacían prever. De lo primero da fe el entusiasmo con el que Ainara Otaño, de la sidrería Petritegi, acogió hace un par de años la idea de diseñar un tapón específico para la sidra. «Me pareció un gran avance porque simplificaba las cosas al unir en un solo dispositivo el tapón y el escanciador». La sidra que 'rompe' en el vaso, observa la productora, siempre sabe mejor que la que se sirve sin levantar la botella y por eso el nuevo tapón va a suponer una pequeña revolución doméstica. «En muchas casas no hay escanciador o no está a mano cuando se abre una botella, así que la sidra se sirve sin que el líquido llegue a 'romper' para no ensuciar. Con este tapón todo el mundo va a poder disfrutar de la bebida escanciada de la mejor manera sin miedo a que al servirla se derrame». El artífice del nuevo tapón es el ingeniero técnico donostiarra Joaquín Escudero, de 46 años, que ha trabajado durante dos años en la puesta a punto de una idea que se le ocurrió, cómo no, mientras bebía sidra con unos amigos. «Yo era de los que hacía unos canales al corcho con un cuchillo porque el escanciador de plástico, que es un gran invento, acumula a veces restos de otras botellas y resulta poco higiénico. Un día empecé a dar vueltas a la idea de hacer que el corcho recortado fuese a la vez estanco y se me ocurrió mantener el cuerpo haciéndole una doble apertura por la parte inferior para que pudiese 'respirar'. Hicimos unos prototipos de forma artesanal, vimos que funcionaba y decidimos seguir adelante». Hilo perfecto Escudero hizo un doctorado apresurado en el mundo de la sidra y recabó cuanta información se puso a su alcance. Descubrió que el campeón de escanciado de Asturias sostenía que el caudal ideal para la operación debía ser de cien mililitros cada cinco segundos y se puso manos a la obra para lograr que su tapón evacuase el líquido a ese ritmo. «Por medio del cálculo de fluidos dimos con la medida exacta y después de hacer muchas pruebas comprobamos que, en efecto, con ese caudal se consigue un hilo perfecto porque si fuerzas unos pocos mililitros más el flujo se dispersa». El tapón puede fabricarse en versiones de corcho y sintética aunque en principio es esta última la que mayor aceptación parece tener. La sidrería Petritegi ha embotellado ya las primeras remesas de su sidra 'Petri' con el dispositivo. Escudero espera que pronto se le unan otros productores. El mercado es tentador: entre Asturias y Euskadi se consumen unos cien millones de botellas anuales.