Txotx y solidaridad con Palestina
Descripción
Eventos / XX Sagardo Berriaren Eguna / txotx / Astigarraga / La Oreja de Van Gogh / sidrería Petritegi / Palestina
astigarraga evento la oreja de van gogh sidrería petritegi sagardo berriaren eguna txotx
Ficha
- Autor: Jesús Valencia
- Fuente: Gara
- Fecha: 2013-01-28
- Clasificación: 5.1. Aperturas txotx
- Tipo documento: Prensa
- Fondo: Sagardoetxea fondoa »
- Código: NA-002600
Texto completo
«Cualquier intérprete que acepta actuar en Israel está poniendo su arte al servicio de un sistema genocida; aun sin pretenderlo, está justificando los atropellos de un estado que desprecia los derechos humanos y la legislación internacional.» No estuve en Astigarraga en la inauguración del txotx, pero quienes acudieron a Petritegi dan fe de que resultó brillante. La sidra, afrutada; la concurrencia, abundante; los encargados de abrir la kupela, de lujo: el quinteto musical La Oreja de Van Gogh. Los promotores de la fiesta no ocultaban su satisfacción: habían merecido el respaldo envidiable del grupo donostiarra. Su presencia hermanaba el pop que ellos interpretan con la ancestral bersolaritza que Lizaso y Egaña encarnaron. Los cinco artistas –gigantes en ventas, merecedores de numerosos premios e ídolos de proyección internacional– pusieron su imagen al servicio de la cultura popular vasca vinculada a la producción y consumo de la sidra. Zorionak! Es una pena que La Oreja de Van Gogh no utilice toda su proyección artística al servicio de otra causa grave que se lo ha demandado. La población palestina sobrevive a la brutal represión que ejerce el Estado de Israel. A lo largo de los años ha desarrollado estrategias para defenderse del sionismo. En julio de 2005, casi doscientas organizaciones palestinas pidieron al mundo su adhesión a una estrategia no violenta: el boicot internacional. Medida cívica para frenar a un estado que –como ocurrió en Sudáfrica– sigue practicando el apartheid. Propone la sociedad palestina que el boicot se aplique también en el terreno artístico. Cualquier intérprete que acepta actuar en Israel está poniendo su arte al servicio de un sistema genocida; aun sin pretenderlo, está justificando los atropellos de un estado que desprecia los derechos humanos y la legislación internacional. Durante estos siete años y medio de boicot, han sido muchos y renombrados los músicos que se han adherido a él. Aludiré a dos de ellos. Roger Waters es un conocido compositor británico; fundador, bajista y cantante principal de la banda de rok Pink Floyd. Cuando conoció de cerca la realidad palestina canceló sus contratos y animó a otros músicos para que hicieran lo mismo: «Donde los gobiernos se niegan a actuar es donde la gente debe hacerlo y para mí esto significa mantener la solidaridad». El barítono alemán Thomas Quasthoff tenía previsto actuar en Israel. Recibió una comunicación firmada por músicos palestinos: «Somos prisioneros en la mayor prisión al aire libre». El barítono canceló su actuación. En 2009, La Oreja de Van Gogh había concertado una gira por Israel. Recibió un mensaje internacionalista instándole a que la cancelara: «Decía Desmond Tutu que optar por la neutralidad en un caso de injusticia supone tomar partido por el opresor». En aquella ocasión, las sugerencias solidarias no alteraron la programación. Quiero pensar que, en lo sucesivo, el quinteto no contribuirá a normalizar con su imagen la política racista de Israel. Muchos de sus admiradores lo admirarían más. Habría una razón que no hay hoy para invitarlo a nuevos txotx. Y, sobre todo, el pueblo palestino lo tendría entre sus verdaderos amigos.