Los guipuzcoanos casi dejaron de beber sidra | El Diario Vasco
Descripción
Había sido "la bebida más popular del país", pero tras la Guerra Civil varios factores hicieron que el consumo de este caldo cayera en picado
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Ficha
- Autor: Mikel G. Gurpegui
- Fuente: El Diario Vasco
- Fecha: 2024-04-10
- Clasificación: 2.0. Sidrería
- Tipo documento: Prensa
- Fondo: Sagardoetxea fondoa »
- Código: NA-016877
Texto completo
Los hábitos van cambiando a lo largo de las décadas. Si antaño en las tabernas guipuzcoanas lo que más se consumía era la sidra, con el tiempo pasó a ser el vino y, en la actualidad, la cerveza.
En nuestro canal de 'Historias de Gipuzkoa' viajamos hoy en el tiempo hasta abril de 1952, cuando detectaban en EL DIARIO VASCO que beber vino iba en ascenso mientras la tradicional sidra sufría una ráqpida tendencia hacia abajo. En la contraportada del periódico, edición del 9 de abril de 1952, hablaba sobre ello un reportaje de Alfredo R. Antigüedad, bajo el siguiente encabezamiento…
El descenso en el consumo de sidra en los años posteriores a la Guerra Civil había sido tremendo. Antes, como escribía Antigüedad en su tono siempre enfático, «se bebía mucha sidra, la bebida más popular del país. Actualmente se bebe muy poca (…). Su consumo ha descendido en vertical y de continuar ese estado de cosas –que amenaza persistir– dentro de poco lo que fue bebida predilecta de los guipuzcoanos se convertirá en licor exótico».
Recogía una estadística publicada por 'Actualidad Económica' que era clara: «En 1950 la sidra que en vasitos o embotellada se bebió por los guipuzcoanos fue sólo el 10 por ciento de la que se bebiera en 1938. La gran cantidad de sidra que se consumía entonces era causa de que se bebiera menos vino».
Cierre de sidrerías
Recordaban en 1952 que «las principales localidades donde se producía sidra son: Astigarraga, Pasajes, Rentería y Hernani. En esas villas fueron fabricados en 1938 nada menos que dos millones de litros. En el descenso que anualmente se ha ido registrando se llegó en 1950 a no fabricar más que 43.000».
Todavía faltaba tiempo para el 'boom' de las sidrerías experimentado en los años 80 y 90. Entonces la situación era otra y constataban que en los años previos a aquel artículo «en la provincia se han ido desmontando lagares y tinglados, y en nuestros pueblos han ido cerrándose las antiguas sidrerías: dieciocho en Fuenterrabía; diez en Tolosa; cinco en Zumaya… Y algunas de éstas han ido transformándose en bodegones con porrones y vino, y otras en bares, con 'banderillas' y 'chiquitos'.
Peculiar modo de llenar dos vasos con una mano.
Peculiar modo de llenar dos vasos con una mano. (Kutxateka / Pascual Marín / Fondo Marín).
Más allá de los cambios en las preferencias de los consumidores, ¿cuáles eran las causas de aquella crisis de la sidra guipuzcoana? Hace 72 años apuntaban una conjunción de varios factores…
«En primer lugar se atribuye a las malas cosechas de manzana. Esta se ha empleado, alcanzando precios elevados, para alimento de muchas personas. Un postre que antes no se utilizó y que ahora iba siendo una buena fuente de ingresos».
Talado el mayor manzanal
«La fabricación de sidra, aun habiendo alcanzado un precio elevado –causa también de la baja del consumo– no resulta económicamente favorable para el aldeano y ha sustituído los manzanales por otros cultivos de mayor rendimiento. Como por ejemplo ha sucedido en Alegría de Oria, donde se ha talado el mayor manzanal de Guipúzcoa para convertirlo en plantación de pinos».
También apuntaban que «casas dedicadas en Asturias a la fabricación de sidras espumosas han sido siempre compradoras de manzanas en nuestra provincia. En los últimos años han incrementado esta importación, jugando a una carrera de precios que será beneficiosa para el aldeano, pero que es una de las causas principales de la disminución de nuestra producción sidrera».
Artículo completo publicado el 9 de abril de 1952 en EL DIARIO VASCO.
Artículo completo publicado el 9 de abril de 1952 en EL DIARIO VASCO.
Alfredo R. Antigüedad casi entonaba un réquiem por la sidra guipuzcoana: «Aquellos famosos barricotes y aquella rivalidad entre las sociedades populares para tener en su 'biblioteca' las mejores calidades de sidra llevan trazas de quedar reducidas a un recuerdo…».