Sagardoaren lurraldea

De la noche al día: las sidrerías se reinventan

Descripción

El mediodía ha arrebatado a la noche el protagonismo del 'txotx'. Año de mala cosecha por el ciclo de producción bianual, la sequía ha fiado la provisión de manzana a la importación. El turismo gastronómico de fuera de Navarra alimenta las sidrerías

ocio gastronomía navarra sidra sidrería temporada del txotx

Ficha

  • Autor: Natxo Gutiérrez
  • Fuente: diariodenavarra.es
  • Fecha: 2023-03-17
  • Clasificación: 2.4. Txotx
  • Tipo documento: Prensa
  • Fondo: Sagardoetxea fondoa
  • »
  • Código: NA-015653

Texto completo

La lumbre del asador hipnotiza a Andrés Urbizu Zabala. Reposa su mirada sobre las ascuas cual vigilante atento a la mínima anomalía que se extienda ante sus ojos. Descansa su cuerpo en una silla por el azote que arrastran sus 81 años de la obligación precoz en su Lizartza natal, en Guipúzcoa, que le hizo madurar antes de tiempo con sus brazos de niño desplegados en el negocio familiar de la madera. Su mujer, María Jesús Guruzeaga Arano, que nació hace 79 años en Etxarri (valle de Larraun), lamenta aquellos años y sus efectos en el cuerpo de un hombretón, al que la curiosidad rodea en un día de sidrería entre un enjambre de móviles y ojos iluminados por el asombro. “La boca se hace agua y los ojos, chiribitas”, admite Víctor Martín Pons, comercial de Meplasjar en Salamanca. La jornada de ocio de la convención bianual de comerciales de la firma, especializada en la fabricación de cascos de obra, incluye una visita al Museo de la Piedra de Perurena, en Leitza, y un encuentro gastronómico de sidra y chuletón de tres cuartos. “Les encanta la sidrería”, proclama Ana Mayo Orofino antes de la peregrinación hacia las kupela del grueso de los 36 comensales.
Dos comensales hincan tenedor y cuchillo a un chuletón.
El día ha arrebatado a la noche el ritual de la parábola sobre el vaso inclinado. David Urbizu Guruzeaga -que junto con su hermano, Ismael, sustenta el legado de su padre en la Sidrería Toki-Alai, de Lekunberri-, cree que “la gente, en general, va menos a los restaurantes. Cuando lo hace, elige el sábado al mediodía”. La noche ha caído en los templos donde decir txotx es una bendición. No es tajante la afirmación, pero la oscuridad no acompaña, por norma general, a las legiones que acuden a saciar el gaznate con sidra y a hincar el diente a un buen chuletón. Toki-Alai tiene reservas para comer en sábado hasta abril.
En el cambio de tendencia, los controles de carretera ejercen efecto disuasorio. “En el centro de Pamplona no lo sé, pero en pueblos pequeños un viernes o sábado a la noche, después de cenar, ¿qué haces?”. La reflexión de David Urbizu queda suspendida en el aire como segunda razón de los nuevos hábitos.
El diagnóstico no varía en el parecer de Inaxio Begiristain, de Martitxonea, en Aldatz (valle de Larraun), y secretario de la Asociación de Elaboradores Artesanales de Sidra de Navarra. La afluencia se concentra -dice- “fundamentalmente, sábado y domingo al mediodía. Es cierto que alguna empresa acude a esa hora los viernes. Hay una demanda muy interesante en ese sentido. Se sale de trabajar el viernes hacia las dos y para las tres en la sidrería”. Los nuevos tiempos no han logrado minimizar el poder de atracción del txotx. Tiene tirón. La temporada de sidra, que se estira hasta mayo, cautiva a un turismo gastronómico de fuera de Navarra que revierte en alojamientos rurales. El binomio sidrería-agroturismo funciona, a decir de Begiristain.