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Tiempo de sidra sin txotx en Martitxonea de Aldatz

Descripción

Si bien ir a una sidrería va más allá de lo gastronómico, en estos tiempos de pandemia se puede disfrutar de la sidra de otra manera. Ahora no toca levantarse de la mesa al grito de Txotx!, cuando los y las comensales, vaso en mano, acuden dispuestos a dar otro trago y también para relacionarse, momentos de encuentros que van cogiendo intensidad según corre la sidra.

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Ficha

  • Autor: Nerea Mazkiaran
  • Fuente: Noticiasdenavarra
  • Fecha: 2021-03-14
  • Clasificación: 2.4. Txotx
  • Tipo documento: Prensa
  • Fondo: Sagardoetxea fondoa
  • »
  • Código: NA-012887

Texto completo

Si bien ir a una sidrería va más allá de lo gastronómico, en estos tiempos de pandemia se puede disfrutar de la sidra de otra manera. Ahora no toca levantarse de la mesa al grito de Txotx!, cuando los y las comensales, vaso en mano, acuden dispuestos a dar otro trago y también para relacionarse, momentos de encuentros que van cogiendo intensidad según corre la sidra. Pero esta bebida tradicional espera a los y las sagardozales en las kupelas con una nueva fórmula, en jarras de barro. Precisamente, era la manera tradicional en la que comerciantes, hosteleros y sociedades cataban la sidra antes de comprarla, como recuerda Inaxio Begiristain, de Martitxonea, de Aldatz. "El Txotx! es un invento de los últimos 40 años. Antes se cogía una jarra y se llevaba a la mesa para probarla. Se vuelve al origen", apunta. "Es otra forma de trabajar. Hay que tener mucho cuidado con la limpieza y la desinfección de manos. Las sidrerías son lugares seguros", destaca.

Con el 30% de aforo, esta sidrería de Aldatz tiene ahora una capacidad para 35 comensales. Además, con las restricciones horarias, solo se puede dar servicio de comida. Aun así, Inaxio Begiristarin asegura que "tengo más ganas e ilusión que nunca". Lo cierto es que después de un año sin apenas actividad, se muestra contento de que Martitxonea vuelva a abrir sus puertas. También su clientela, que en cuanto se supo que se iba a permitir abrir el interior de los locales, comenzó a llamar. "La gente tiene muchas ganas y se comporta de forma responsable", destaca.

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Tiempo de sidra sin txotx en Martitxonea de Aldatz
INAXIO BEGIRISTAIN ESTÁ ENCANTADO DE VOLVER A ABRIR SUS KUPELAS PARA DISFRUTAR DE LA SIDRA DE OTRA MANERA, EN JARRAS Y EN UNA TEMPORADA MÁS LARGA, HASTA JULIO
NEREA MAZKIARAN ALDATZ 14.03.2021 | 17:26

Inaxio Begiristain abre las puertas de Martitxonea, un viejo caserón de Aldatz que en 1995 se reconvirtió en sidrería
Inaxio Begiristain abre las puertas de Martitxonea, un viejo caserón de Aldatz que en 1995 se reconvirtió en sidrería NEREA MAZKIARAN
Si bien ir a una sidrería va más allá de lo gastronómico, en estos tiempos de pandemia se puede disfrutar de la sidra de otra manera. Ahora no toca levantarse de la mesa al grito de Txotx!, cuando los y las comensales, vaso en mano, acuden dispuestos a dar otro trago y también para relacionarse, momentos de encuentros que van cogiendo intensidad según corre la sidra. Pero esta bebida tradicional espera a los y las sagardozales en las kupelas con una nueva fórmula, en jarras de barro. Precisamente, era la manera tradicional en la que comerciantes, hosteleros y sociedades cataban la sidra antes de comprarla, como recuerda Inaxio Begiristain, de Martitxonea, de Aldatz. "El Txotx! es un invento de los últimos 40 años. Antes se cogía una jarra y se llevaba a la mesa para probarla. Se vuelve al origen", apunta. "Es otra forma de trabajar. Hay que tener mucho cuidado con la limpieza y la desinfección de manos. Las sidrerías son lugares seguros", destaca.

Con el 30% de aforo, esta sidrería de Aldatz tiene ahora una capacidad para 35 comensales. Además, con las restricciones horarias, solo se puede dar servicio de comida. Aun así, Inaxio Begiristarin asegura que "tengo más ganas e ilusión que nunca". Lo cierto es que después de un año sin apenas actividad, se muestra contento de que Martitxonea vuelva a abrir sus puertas. También su clientela, que en cuanto se supo que se iba a permitir abrir el interior de los locales, comenzó a llamar. "La gente tiene muchas ganas y se comporta de forma responsable", destaca.

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"Se trabaja de otra manera", incide. Al respecto, señala que la sidrería es un producto diferenciado porque se realiza una cata y se visita una industria agroalimentaria de la montaña de Navarra, desde la sala de elaboración, a la fermentación y la bodega. Y es que Martitxonea produce sidra artesana de ciclo cerrado. "Mientras se visita y se cata, se habla de la sidra, de sus características y de su mundo", observa, al tiempo que destaca "la gente se interrelaciona, se comunica. Se habla de la sidra y de otras cosas", comenta Inaxio Begiristain, secretario de la Asociación de Productores de Sidra de Navarra Dolarea, que agrupa a cinco productores. Asimismo, señala que acudir a una sidrería supone visitar pueblos pequeños llenos de encanto, como es el caso de Aldatz.