Sagardoaren lurraldea

Un txotx de Nobel

Descripción

Han disfrutado de Donostia y la han convertido en capital de la Ciencia. Tienen mentes privilegiadas y el premio de los premios. Pero son gente sencilla y sin ápice de divismo. Así han vivido los diez Nobel en Gipuzkoa.

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Ficha

  • Autor: Ane Urdangarin
  • Fuente: El Diario Vasco
  • Fecha: 2010-10-03
  • Clasificación: 2.0. Sidrería
  • Tipo documento: Prensa
  • Procedencia: Gipuzkoako Foru Aldundia - Iñaki Larrañaga
  • Fondo: Sagardoetxea fondoa
  • Signatura: P29-84
  • »
  • Código: NA-001065

Texto completo

Han disfrutado de Donostia y la han convertido en capital de la Ciencia. Tienen mentes privilegiadas y el premio de los premios. Pero son gente sencilla y sin ápice de divismo. Así han vivido los diez Nobel en Gipuzkoa Al final de su 'actuación' firmaban autógrafos y se dejaban retratar con todos aquellos que les pedían una foto. Como si fueran estrellas del celuloide o un delantero en racha en una tarde de 'hat trick'. Pero no. Resulta que esos hombres y mujeres de cara desconocida para casi todos han protagonizado a lo largo esta semana otro festival, ni de cine ni de goles, pero que casi ha levantado las mismas pasiones. La Ciencia se ha colado entre la ciudadanía gracias a 'Pasión por el Conocimiento', el evento con el que el Donostia International Physics Center (DIPC) conmemora sus diez años y que ha reunido a otros tantos premios Nobel. No es nada fácil contar con semejante elenco. El francés Claude Cohen-Tannoudji, Nobel de Física en 1997, reconoce que suele rechazar nueve de cada diez invitaciones para participar en congresos. La que le llegó desde Donostia le convenció a la primera. Eso fue en primavera de 2009. Un año antes, Pedro Miguel Etxenike Landiribar, presidente y 'alma mater' del DIPC, ya estaba dándole vueltas a la cabeza sobre cómo tenía que ser ese evento para científicos pero, a la vez, para los ciudadanos. Y así surgió este festival al que sólo dos invitados de relumbrón dijeron que no: el cardenal Martini, por enfermedad, y sir Andrew Wiles, el matemático que consiguió demostrar el último teorema de Fermat. Contestó estusiasmado por el formato del festival, así que preguntó si podrían posponerlo hasta 2012, que es cuando en su agenda había un hueco libre. El de Los Simpson Uno de los que no podía faltar es un viejo conocido, Dudley Herschbach, un californiano que casi se muestra más orgulloso de su participación en un capítulo de 'Los Simpson', al que prestó su imagen y su voz, que del Nobel de Química de 1986. Este septuagenario llegó acompañado de su mujer que, según cuentan, no ha parado quieta. Compraron dos tablas de 'body board' que estrenaron en La Zurriola, donde ella ha metido bastantes horas. Hace una semana, acompañaron a Etxenike en una de sus habituales salidas cicloturistas al Baztán. Cuentan que ella era la mejor del pelotón. Ayer repitieron salida. Pasaron por Leitza, donde saludaron a Iñaki Perurena. Le habían conocido el jueves, en una cena en la sidrería Petritegi. Entre científicos y organizadores, se reunieron casi 400 personas. Y allí estuvieron las estrellas, por currículo que no por actitud, viendo la exhibición de los Perurena, padre e hijo. Heinrich Rohrer les miraba como si fueran de otro planeta. Los harrijasotzailes siempre sorprenden a los visitantes. ¡Y qué decir de los chipirones en su tinta! Aaron Ciechanover, que pidió que le liberaran unas horas para disfrutar de la obra de Chillida, confesó que era el mejor plato que había probado en su vida. En otra cena, Etxenike rechazó por deferencia una apetecible merluza. Tenía a su vera a la oceanógrafa Sylvia Earle, que no come pescado, y que llegó acompañada de su hija. Se presentaba como «conductora de submarinos y cantante». Y así se constata en el cedé 'Common good', que Gale Mead regaló a las gentes el DIPC. La ropa ha protagonizado varios chascarrillos. Jean Mari Lehn aderezó su conferencia sobre Química con cambio de vestuario: en un momento dado sustituyó la camisa con cobarta por la omnipresente camiseta del congreso. Hasta la consejera Isabel Celaá la vistió en un encuentro con estudiantes en el Aquarium, lo que provocó otro cambio de vestuario: Etxenike se había presentado con sus mejores galas y fue corriendo al baño a ponerse también la camiseta. El «tímido» Wilczek no se quitó sus deportivas y siempre iba en camiseta con americana. Menos el día que se fue. Entonces se puso camisa. Él es el protagonista de uno de los gestos que más ha calado en los organizadores del congreso. Estaban en el Kutxaespacio cuando fuera vio a un grupo de estudiantes comiendo su bocata y se sentó con ellos. No sabemos si hablaron de cromodinámica cuántica. Pero al final todos querían una foto con él.