Visitas con label de calidad
Descripción
Que te encarguen las fotos de un calendario puede, ya de por sí, ser una experiencia muy creativa y si encima resulta que la protagonista de la propuesta es la comida (y para más datos, los productos de Eusko Label), es casi seguro que vas a acabar aprendiendo algo sobre lo que llevas a la mesa.
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Ficha
- Fuente: El Correo
- Fecha: 2020-01-31
- Clasificación: 1.5. Agricultura
- Tipo documento: Prensa
- Procedencia: El Correo
- Fondo: Sagardoetxea fondoa »
- Código: NA-010119
Texto completo
Que te encarguen las fotos de un calendario puede, ya de por sí, ser una experiencia muy creativa y si encima resulta que la protagonista de la propuesta es la comida (y para más datos, los productos de Eusko Label), es casi seguro que vas a acabar aprendiendo algo sobre lo que llevas a la mesa. Es lo que les ha ocurrido al fotógrafo Lucho Rengifo y su colega Miryam Basabe («ella es la encargada de los bodegones», dice, entre otras cosas, Rengifo), que han estado los últimos meses trabajando en un calendario por encargo de HAZI y con la agencia Bell Publicidad de Vitoria, que tiene como modelos a piperras, bonitos, patatas, sidra, txakoli, gallinas, vacas pirenaicas y ovejas latxas.
No a cualquiera de estos seres, sino aquellos a los que se les cuelga la etiqueta que los distingue como productos agroalimentarios producidos, transformados y/o elaborados en la comunidad autónoma y cuya calidad, especificidad o singularidad superan la media general. Ahora Rengifo y Basabe saben qué significa exactamente esa descripción. Para hacer las fotos, que tenían que unir los productos con la imagen de niños y niñas y ser hechas, en la medida de lo posible, en instalaciones que estén en esta red, se recorrieron algunas de las explotaciones y buscaron su mejor ángulo.
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De paso, acabaron situando en el mapa huertas, granjas y plantaciones y entendiendo los procesos por los que una simple patata llega a la tienda a veces con su forma normal y otras, troceada y envasada. «Las que no cumplen unos requisitos las elaboran para venderlas en el súper ya listas para hacer la tortilla de patata, por ejemplo», explica Basabe sobre el trabajo que han visto en la cooperativa Udapa, en Álava. Este es uno de los lugares que recomiendan visitar, en lo que sería una primera parada de un recorrido gastronómico por el mapa de Eusko Label.
¿Guindillas o bigotes?
¿Guindillas o bigotes? /LUCHO RENGIFO/MIRYAM BASABE
Otra de las citas ineludibles está al lado del mar. Es el caso de todo lo que tiene que ver con el atún. «Se pueden visitar las fábricas de conservas», animan. Hay unas cuantas dispuestas a enseñar lo que hacen, asociadas además en Bermeo Tuna World Capital, que promueve a nivel global la gestión sostenible desde el conocimiento científico y el liderazgo de las buenas prácticas. Ahí están nombres de toda la vida como Zallo, Campos, Arroyabe...
La idea, al visitar estos centros de producción, es ver de primera mano cómo es el trabajo en una conservera de pescado, conocer las distintas especies que acaban en la lata y las diferentes maneras de elaborarlas. Suelen acabar en degustación de producto propio. En Arroyabe, por concretar, el precio de la visita es de 8 euros y puede hacerse todo el año de lunes a viernes.
Aprendices de cocinero pelando patatas.
Aprendices de cocinero pelando patatas. /LUCHO RENGIFO/MIRYAM BASABE
Otras dos citas del calendario vuelven ya tierra adentro, a internarse en viñedo, campos de frutales y huertas. Es lo que pasa si se pone rumbo al caserío Aretxabala, en el que se elabora el txakoli Astobiza, que está dentro de la Denominación de Origen Protegida Txakoli de Álava. Aquí en las botellas solo entra la uva de los viñedos propios. «Es una zona preciosa», dicen los fotógrafos. «Y la visita siempre acaba en una buena cata con productos de por allí». Para ir haciendo hueco en la agenda, se realizan los primeros sábados de cada mes a las 12.00 horas, duran 60 minutos y cuestan 12 euros por persona. Y sí, terminan con degustación de Astobiza acompañado por queso Idiazabal del valle de Ayala y txoripan.
Las manzanas del calendario se recogen en Gatika y son las que se convierten en la sidra de Etxebarria. Situadas el barrio Igartua, a las orillas del río Butrón y a dos kilómetros del castillo que lleva este mismo nombre, «menudas huertas y frutales que tienen. Y la miel. Es que flipas con lo bonito que es todo y la calidad de los productos», dicen Rengifo y Basabe. 800 kilos de manzana de variedad autóctona al año dan para una producción de 18.000 litros de sidra. Como estamos ya en plena temporada de 'txotx' seguro que salen un montón de planes relacionados con esta bebida. En la página web www.sagardoa.eus se pueden ver y reservar experiencias.
TEMASDietética Y Nu