Sagardoaren lurraldea

Artículo "INAUGURACIÓN DE LA ESTATUA DE LEGAZPI"

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Ficha

  • Autor: J. FRANCÉS.
  • Fecha: 1897
  • Clasificación: 6.1. Historia
  • Tipo documento: Documentos de la actualidad
  • Fondo: Sagardoetxea fondoa
  • »
  • Código: DO-000850

Texto completo

I N A U G U R A C I Ó N
DE LA
ESTATUA DE LEGAZPI
De imperecedero recuerdo será el día 2 de Octubre de 1897 para
la N. y L. villa de Zumarraga, que ha perpetuado, dignamente, la gloria
de su preclaro hijo, el inmortal conquistador de Filipinas.
Su nombre es de los más populares y de los más gloriosos.
La fama de Legazpi es de las que más deben enorgullecer á los hijos
de la tierra euskara, porque viene á ser demostración cumplida é
irrefutable de la manera como los bascongados han entendido los deberes
que tenían respecto de España y el entusiasmo generoso con que
han procurado llevarlos á la práctica.
Con decir que á Legazpi debemos las Islas Filipinas, que constituyen
hoy todavía un precioso resto de nuestro inmenso imperio colonial,
y una mina que en manos más prácticas que las nuestras sería
inestimable y nos produciría riquezas incalculables, no está dicho todo
lo que puede y debe decirse de la significación trascendental y gloriosa
de las empresas de Legazpi, ejecutadas con una discreción, una prudencia
y una sagacidad realmente extraordinarias.
Año XVIII.—Tomo XXXVII 10 Octubre 97.—Núm. 621
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El acto de la inauguración de la estatua, admirablemente organizado
por el Ayuntamiento, resultó brillantísimo y solemne.
El fausto acontecimiento fué anunciado la víspera con un repique
general de campanas, chupinazos, voladores y alegres pasacalles ejecutados
por la banda municipal de la localidad, hábilmente dirigida por
el concejal D. Joaquín de Castañeda, entusiasta euskalduna é inteligente
músico.
Amaneció el día 2, de grata memoria, el pueblo todo guardó fiesta
y la gente se echó á la calle apenas sintió la diana tocada por los célebres
dulzaineros de Mondragón, dirigidos por D. Benigno Altube.
Muchos curiosos contemplaban el monumento, se ultimaron los
detalles adornando con guirnaldas y banderolas la Plaza de la Villa y
la estatua fué cubierta con la bandera española.
Todos los balcones y ventanas ostentaban colgaduras, presentando
Zumarraga el aspecto de los días de gran solemnidad.
LLEGADA DE LAS COMISIONES BASCO-NABARRAS
La de la Diputación de Álaba, compuesta de su presidente D. Alvaro
Elío, y del diputado D. Joaquín Urbina, llegó la víspera, por lo
que salió con el Ayuntamiento—que presidía el digno y celoso alcalde
D. Miguel Arenaza—á las estaciones del Norte y del ferro-carril
central de Bizcaya, para recibir á sus compañeros de las provincias
hermanas, que llegaron entre nueve y diez y media de la mañana.
De Nabarra vinieron los diputados forales Sres. Iturria y Errea.
De Bizcaya el presidente D. Manuel Goyarrola y el vicepresidente
de la Comisión provincial D. Perfecto de la Mata.
De Guipúzcoa el presidente D. Manuel Lizariturry, y los diputados
señores Balbás, Laffitte, Gomendio, Pavía, Egaña, Guerendiain y
Elósegui.
También vinieron en los mismos trenes el senador D. Ignacio
Mercader; el ex-presidente de la Diputación D. Ramón María de Lili,
que durante cuatro años presidió la comisión ejecutiva del monumento
á Legazpi; el director del colegio de Agustinos de Guernica, P. Rodriguez,
miembro de la sociedad astronómica de Francia, y persona
ilustradísima; el cronista de las Bascongadas D. Carmelo de Echegaray;
el vice-rector del colegio de Vergara, P. Arturo Ortega, y el profesor
del mismo centro de enseñanza, P. José Gutierrez.
REVISTA BASCONGADA 291
También llegaron el jefe del batallón de miqueletes Sr. Lojendio;
el comandante de marina de San Sebastián, Sr. Jimenez Villavicencio;
el comandante de la guardia civil Sr. Gonzalez Madreda, y los
Sres. Añíbarro, Irureta, Arrizabalaga (D. Benigno), Egaña (D. Francisco),
Goicoa, é Irascorza (D. Miguel), pertenecientes unos á la Junta
General de la estatua de Legazpi y los otros á la Comisión de monumentos.
Allí se encontraba ya el arquitecto Sr. Cortazar.
De Villarreal acudió una representación de aquel Ayuntamiento,
presidida por su alcalde Sr. Gracian Alberdi.
Asistieron también al acto los ex-alcaldes de Zumarraga, que ostentaron
aquella representación durante el tiempo que se ha venido trabajando
para la realización del proyecto.
La comitiva se dirigió desde la estación del Norte á la iglesia parroquial,
precedida por la banda municipal.
LA FIESTA RELIGIOSA
El hermoso templo se hallaba profusamente iluminado con fluido
eléctrico, presentando el altar mayor artístico golpe de vista, y las columnas
y coro habían sido adornados con guirnaldas, escudos nobiliarios
y trofeos, figurando en estos las armas de la casa del varón insigne,
cuya memoria se honraba.
Las comisiones fueron colocándose en los puestos designados de
antemano, según nuestra antigua usanza foral.
Cerca del altar mayor tomaron asiento los sacerdotes invitados.
En el presbiterio, al pie del evangelio, los señores D. Alvaro de
Elío, presidente de la Diputación de Alaba; D. Manuel Lizariturry,
presidente de la de Guipúzcoa; D. Manuel de Goyarrola, presidente
de la de Bizcaya, y el diputado foral de Nabarra D. Ulpiano Errea.
Detrás se hallaban los diputados de Nabarra señor Iturria, de Bizcaya
señor de la Mata y de Álaba señor de Urbina, á quienes acompañaban
los diputados de Guipúzcoa señores D. Alfredo de Laffitte y don
Nicolás de Guerendiain.
En el lado de la epístola se sentaron el senador D. Ignacio Mercader,
el ex-presidente de la Diputación de Guipúzcoa D. Ramón María
de Lili, y los diputados provinciales señores Egaña (D. José Joaquín),
Balbás, Elósegui, Itarte, Pavía y Gomendio.
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Además de los citados diputados, se encontraban los vocales de la
Comisión ejecutiva de la estatua de Legazpi señores Egaña (D. Francisco),
Irureta, Añíbarro, Irastorza, (D. Miguel), Cortázar y el fundidor
D. Federico Masriera.
En la nave central, en los bancos capitulares de la izquierda, tomó
asiento el ilustre Ayuntamiento de Zumarraga, presidido por D. Miguel
Arenaza, y compuesto de los tenientes de alcalde D. Juan Bergareche
y D. José Elgarresta, los concejales señores D. Joaquín de Castañeda,
D. José Dorronsoro, D. Martín José Irizar, D. Francisco Ibarguren
y D. Damián de Lasa, y el secretario D. Gabino Paternain.
Frente al Ayuntamiento tomaron asiento el comandante de marina
D. Francisco Jimenez Villavicencio, el coronel de miqueletes D. Juan
Pablo de Lojendio, el comandante de la guardia civil D. Ricardo González
Madreda, el capitán de miqueletes D. Francisco Múgica y el teniente
de la guardia civil D. Pedro Vicente Aparicio.
En el banco del presbiterio, frente á la epístola, se veía al vice-rector
del Real Seminario de Vergara R. P. dominico fray Antonio Ortega,
al catedrático del Colegio de Guernica R. P. agustino fray Angel
Rodriguez y á los reprentantes de la prensa guipuzcoana y corresponsales
de Madrid Sres. Urrengoechea, Ferreirós, Rodrigo Soriano y
otros.
Y en el colocado frente al evangelio, al lado del señor alcalde de
Zumarraga, el concejal delegado del Ayuntamiento de Villarreal de
Urrechu D. Tiburcio Gorostidi, el del Ayuntamiento de Villafranca
D. Anselmo Jáuregui, D. Pedro Manuel de Soraluce, en recuerdo de
su señor padre el antiguo caballero procurador de Zumarraga en las
Juntas forales y uno de los primeros iniciadores de la estatua de Legazpi,
y el cronista de las Provincias Bascongadas D. Carmelo de Echegaray.
En los restantes bancos oficiales de la nave central y crucero se
sentaron los señores invitados D. Ignacio María Alberdi, D. José Antonio
Egaña, señor Olazabal, D. Alberto Garayalde, D. Cruz Guereca,
D. Andrés Olaceta, D. Venancio Ugalde, D. José Antonio Beain, don
Ignacio Goya, D. Dionisio Oyarzabal, D. José Ignacio Apaolaza, el
director del ferro-carril de Durango y los jefes de las estaciones del
Norte y del Central Bizcaino y D. Juan Carlos de Guerra.
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Celebró el santo sacrificio de la Misa el coadjutor D. Fernando
Aranguren, ejerciendo de diácono D. Enrique de Lasa y de subdiácono
D. Alfonso Oloaga.
Durante la Misa fué cantada por la capilla y el orfeón de Zumarraga,
que pasan, y con razón, como de los mejores del Norte de España,
la hermosísima misa de Santa Cecilia, del ilustre compositor Gounod.
Después del Sanctus se interpretó también la bellísima composición
Christus Vincit, del eminente maestro Alejandro Guilmant, de
París.
Acompañaron con gran acierto al piano y armonium los señores
Garayzabal y Guerra, dirigiendo la masa coral, con suma perfección,
el reputado compositor D. Ignacio Busca de Sagastizabal, hijo de Zumarraga,
maestro de capilla de las Salesas de Madrid.
El orfeón municipal demostró una vez más que su reputación artística
es muy justa y merecida, y que con razón ha sido considerado
siempre Zumarraga como uno de los pueblos más filarmónicos de la
Euskal-Erria.
Son dignos del mayor elogio los jóvenes orfeonistas que desinteresadamente,
sin más estimulo que el de contribuir al esplendor de
las fiestas en honor de Legazpi, se han impuesto un trabajo penoso á
diario, hasta poder presentarse en público con un conjunto hermoso
de voces muy bien armonizadas y dirigidas.
El panegírico del gran Legazpi, encomendado por la Diputación
de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de Zumarraga al renombrado orador
sagrado é hijo de dicha villa R. P. Serapio de Mendia, de la ínclita
Compañía de Jesús, gustó extraordinariamente, pues aparte de estudiar
al conquistador de Filipinas bajo el punto de vista del militar
cristiano, del bascongado pulcro, del hombre verdaderamente católico
y santo, se sirvió de los datos publicados por la Real Academia de la
Historia y que existían olvidados hasta hace poco en el archivo de Indias,
de Sevilla; así es que bajo el carácter moral, filosófico é histórico,
aquella oración sagrada fué una notable conferencia que encantó á todos
cuantos tuvieron la satisfacción de oirla.
Al tratar de la parte artística y de las vicisitudes por que ha pasado
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desde hace más de treinta años la erección de la estatua á Legazpi y la
manera como se salvó de un derribo, ya pagado, su casa nativa, llamada
Jauregi, dedicó un sentido recuerdo á la buena memoria del
inolvidable historiador de Guipúzcoa é hijo también de Zumarraga
D. Nicolás de Soraluce.
Saludó á las diputaciones hermanas y en especial á Nabarra, á cuyos
diputados forales recordó, cómo en la tercera desgraciada expedición
á Filipinas, falleció en los brazos del gran San Francisco Javier,
el general Saavedra y la participación que tuvieron los nabarros en la
defensa del archipiélago, y mostró su alegría al encontrarse en Euskaria,
que es, por las virtudes de sus hijos, la tierra de promisión de los
tiempos nuevos.
Terminada la Misa, á la que asistió numerosísima concurrencia, las
citadas Comisiones, acompañadas del Cabildo, se dirigieron á la Plaza
Consistorial.
LA INAUGURACIÓN
Efecto sorprendente ofrecía la Plaza Consistorial cuando á ella llegó
la comitiva.
Es indescriptible el cuadro que presentaba aquella parte de la población.
A duras penas podían los guardias municipales y los individuos de
la benemérita y miqueletes encargados de hacerlo, mantener expedito
el espacio señalado para la comitiva oficial. Tanta era la concurrencia
que ocupaba los alrededores de la estatua y del tablado que frente á
ella se había levantado.
A la derecha se colocó un piquete de miqueletes mandado por el
capitán de dicho cuerpo Sr. Múgica y á la izquierda otro de la guardia
civil que mandaba el teniente Sr. Aparicio.
El elemento oficial subió á la plataforma, y el alcalde Sr. Arenaza,
que ha sido el alma de todo, leyó el siguiente discurso, escrito en
idioma euskaro:
«Jáunak:—Zumarragako erriak poz aundia artzen du gaurko festa
ederrarekin.
Legazpiren izena, izen argia da, eta ongi merezi ditu gaur emen
egiten dizkiogun omenak. Euskaldun garbia, Zumarragako semerik
argiena, Españia gora jasotzeagatik, zer egin etzekiena, Legazpi, leyaREVISTA
BASCONGADA 295
la, zinzoa, biotz aundikoa, izarrak Zeruan agertzen diran bezela, agertzen
zaigu argi egiñaz gure kondairako orrietan.
Billafranka-ko seme aundi Andres Urdaneta, San Agustiñen Ordenakoak,
izendatu zuan, urruti-urrutietan dauden ugarte batzuek,
Espaniarentzat irabazteko. Biak joan ziran ará, bata gurutzearekin,
bestea aginteko ezpata eta zigorrarekin, eta laster ekarri zituzten Españiaren
mendera Felipetar edo Filipinak esaten dizten lurrak.
Ainbeste gauza on eta miragarri egin zuen gizonak merezi du,
irureun ta geyago urte joanagatik, oroikarri ederrak jasotzea. Ara or,
guk, Erregiñaren, Diputazioen eta beste askoren laguntea naigarriarekin
jaso dioguna.
Berari begiratzean, sutu dedilla gure biotzean, Españia-ganako eta
Euskal-Erria-ganako maitetasuna, eta ori dala agertzeko deadar egin
zagun:
¡Bizi bedi Españia!
¡Bizi bedi Euskal-Erria!
¡Bizi bedi Legazpi-ren izena! »
Estos vivas fueron contestados con verdadero entusiasmo por la
gente que se agolpaba alrededor de la tribuna y de la estatua.
Siguió un instante de silencio; tiró el alcalde del cordón que desde
la tribuna iba á parar al pedestal y recogida la bandera española, apareció
la estatua del gran conquistador de Filipinas; las tropas, rindiendo
á Legazpi honores de almirante con mando como Adelantado Real
que fué, presentaron armas; la banda ejecutó la Marcha Real, las campanas
se echaron á vuelo é infinidad de cohetes cruzaron el espacio,
resultando el conjunto grandioso é indescriptible.
La estatua es una verdadera obra de arte que honra á su autor el
laureado escultor D. Aniceto Marinas y á la casa Masriera, pues la
fundición es buenísima.
El joven arquitecto Sr. Moya es el autor del pedestal, en dos de
cuyos lados se ven dos bajo-relieves representando episodios de la conquista,
y en los otros dos las siguientes inscripciones:
A
MIGUEL LOPEZ DE LEGAZPI
CONQUISTADOR DE LAS ISLAS FILIPINAS
EN MDLXV
PRIMER LUGARTENIENTE DE LA MAJESTAD CATÓLICA
EN AQUELLAS APARTADAS REGIONES,
296 EUSKAL-ERRIA
ENÉRGICO, PRUDENTE, VALEROSO,
LA VILLA DE ZUMARRAGA, SU PATRIA.
AÑO MDCCCXCVII
MIGEL LOPEZ LEGAZPI-RI
UGARTE FELIPE-TARRAK MDLXV
GARREN URTEAN IRABAZI ZITUENARI
JASO ZAYO OROIGARRI AU
DIERRI GUZTIAREN LAGUNTZAREKIN.
ZUMARRAGA-KO URIAN JAYOA.
MDCCCXCVII
Hállase la estatua en actitud arrogante y majestuosa, que cuadra á
maravilla con el carácter de la personalidad histórica de Legazpi. Este
tiene en la mano derecha la gorra y la izquierda en la empuñadura de
la espada. El pie izquierdo está pisando un ídolo indio. El conjunto
resalta por su elegancia.
EL HIMNO A LEGAZPI
Descubierta la estatua, se restablecía el silencio en la plaza: el orfeón
iba á cantar el himno á Legazpi, del maestro D. Ignacio Busca
de Sagastizabal, cuya letra en idioma euskaro se debe al laureado poeta
bascongado D. Pedro María Otaño; compónese de las tres estrofas
que aparecen en la corona poética que publicamos en este mismo número.
Este inspirado canto fué magistralmente interpretado, y hubo de
repetirse entre los bravos y aplausos del auditorio.
Tras de la ovación tributada por el público al autor del himno y á
sus ejecutantes, la comitiva se dirigió á la Casa Consistorial donde debía
celebrarse
EL BANQUETE
Fué servido en el salón de actos, que mide unos veinte metros de
longitud por doce de latitud, y estaba decorado y dispuesto con irreprochable
gusto, bajo la dirección del joven é ilustrado arquitecto
donostiarra señor Cortazar.
REVISTA BASCONGADA 297
En el testero se veían el retrato del rey Alfonso XIII, con el uniforme
de capitán general, y á los lados los bocetos de las estatuas de
Legazpi, que en el concurso abierto por la Excma. Diputación provincial
de Guipúzcoa para la erección del monumento, obtuvieron el segundo
y tercer premio: el uno del escultor donostiarra D. Marcial
Aguirre, y el otro del también escultor cordobés Sr. Inurria.
El menú de la comida, encargada á la fondista de la estación de
Alsasua, fué el siguiente:
ZUMARRAGA-KO BATZARREAK
1897-ko Urriaren 2-an eskeñitako bazkariaren cheamena
Eltzekaria eta ollo salda.—Plater bitarte bereziyak.
Eperrak euskaldun gisara.—Chipiroyak saldagisa beltzean.
Arroza jakiyakin nastua.—Idi-aragia errea.
Anzar-gibel ore apaindua.
Maiazken ugariak.—Idiazabal-ko gazta.
Edariak
Probinziako sagardoa eta napar-ardoa.
Babaismiña.—Patar onak.
Durante el banquete reinó extraordinaria y fraternal animación.
Ocuparon las presidencias de honor los señores alcalde y presidente
de la Diputación de Guipúzcoa.
LOS BRÍNDIS
Los inició el señor alcalde de Zumarraga, mostrándose congratulado
del magnífico espectáculo que presenciaba ante sus ojos, dando las
gracias á cuantos habían contribuido á él, y haciendo votos por que la
unión de las Diputaciones de las provincias basco-nabarras, sea prenda
y anuncio de que cada vez se han de estrechar más y más los lazos
de fraternidad que las unen, bajo el sagrado lema de Laurak-bat.
A continuación leyó las comunicaciones y telegramas que se habían
recibido de las autoridades y personas que, habiendo sido invitadas
á este acto, no habían podido asistir á él. Entre estas autoridades,
figuran el Sr. Obispo de la diócesis, el gobernador civil de la provin298
EUSKAL-ERRIA
cia, el ex-gobernador civil D. Antonio de Acuña, que hizo renacer el
proyecto, el general Illana, y los señores D. Víctor Samaniego y don
Pedro N. Sagredo.
Propuso y se acordó dirigir un telegrama al ilustre hijo de Manila,
general Azcárraga, cuyo telegrama, con la contestación, figuran en
otro lugar de este número.
Seguidamente se levantó el presidente de la Diputación Sr. Lizariturry,
pronunciando el siguiente discurso:
«Señores: En la vida de los pueblos, así como en la vida de las familias,
ocurren faustos y consoladores acontecimientos que dejan inolvidables
recuerdos, y es uno de ellos el que hoy nos congrega en
esta villa de Zumarraga.
La inauguración de la estatua de Legazpi, que se debe á la inspiración
genial y á la destreza de ejecución del laureado escultor Sr. Marinas,
tan admirablemente secundado por la obra artística de los señores
Masriera y Campins, es la demostración magnífica y perenne de
nuestro amor á la madre España, y de nuestro vehemente deseo de
acrecentar sus grandezas. Así lo demostró el insigne hijo de Zumarraga,
quien siguiendo los consejos de su amigo y paisano Urdaneta,
abandonó la brillante posición que ocupaba en la capital de Méjico
para lanzarse á través de los mares del Pacífico en busca de las feraces
islas que se llaman las Filipinas.
Legazpi y Urdaneta son dos de las glorias más altas y más puras
de Guipúzcoa, y la colonización de Filipinas llevada á cabo en la parte
civil y militar por el primero, y en la parte religiosa por el segundo,
subsiste y subsistirá como testimonio de los nobles sentimientos
del amor á la patria, á que voluntariamente nos unimos, para regocijarnos
con ella en sus días prósperos y mezclar nuestras lágrimas con
ella en los adversos.
Loor á la memoria de Legazpi y Urdaneta, cuyas virtudes ha celebrado
desde la cátedra sagrada con inspirados y elocuentes acentos,
otro preclaro hijo de este pueblo, el R. P. Mendía.
Aplauso entusiasta á la villa de Zumarraga, que de tal manera sabe
realzarse á sí misma, al realzar el nombre del más ilustre de sus hijos,
cuya casa humilde existe todavía para que al contemplarla se despierten
en nosotros anhelos de emular á Legazpi en sus sentimientos de
patriotismo.
En nombre de la Diputación provincial de Guipúzcoa, cuya repreREVISTA
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sentación tengo la honra de ostentar, cumplo el grato deber de dirigir
un respetuoso saludo á todas las autoridades que nos honran con su
presencia, lamentando la ausencia de nuestro respetable prelado, que
siempre es el primero en participar así de las penas como de las alegrías
de sus amados diocesanos.
Dirijo la más cordial y entusiasta bienvenida á los dignísimos representantes
de las provincias de Nabarra, Álaba y Bizcaya, que no
han vacilado en acudir á esta fiesta solemne de la familia bascongada y
han querido demostrar con su asistencia á este acto, que son indisolubles
los lazos que unen á las cuatro provincias hermanas.
En nombre de la Comisión ejecutiva del monumento á Legazpi,
doy la más cumplida enhorabuena al celosísimo alcalde, mi amigo el
Sr. de Arenaza, á quien agradezco las palabras lisonjeras que me ha
dirigido, el cual, en unión del digno y laborioso industrial, señor de
Artiz, á quien tanto debe este pueblo, ve terminada la obra cuya realización
ha perseguido durante tantos años.
No puedo menos de dedicar un respetuoso recuerdo, á la vez que
nuestro agradecimiento, á los RR. PP. Agustinos y Dominicos, por el
importante donativo que nos han aportado. Doy gracias mil á la prensa
en general y á cuantos han contribuído á la erección de este monumento,
que desde hoy más será orgullo de Zumarraga y de Guipúzcoa
entera; y que ésta alegría con que festejamos su inauguración, sea
precursora de otras alegrías no menos intensas, ni menos legítimas, que
nos conmuevan al ver regresar á sus hogares, adornados con el laurel
de la victoria, á tantos hijos de España que luchan en inhospitalarias
playas é insanas maniguas, en defensa del pabellón siempre glorioso
que clavó el ilustre hijo de Zumarraga en el archipiélago descubierto
por Magallanes y Elcano.
Señores, brindo por las glorias de Guipúzcoa. »
El diputado provincial Sr. D. José Joaquín de Egaña, recogiendo las
alusiones hechas en la iglesia por el R. P. Mendia, y en sus discursos
por el alcalde y el presidente de la Diputación á los iniciadores y cooperadores
de la estatua, dijo que él por su parte se congratulaba con
verdadero cariño en proclamar el nombre que estaba en el pensamiento
de todos, persona á quien tanto deben la historia de Guipúzcoa y
el pueblo de Zumarraga, D. Nicolás de Soraluce; palabras que fueron
muy aplaudidas, adhiriéndose aquel escogido público á las manifestaciones
del Sr. Egaña.
300 EUSKAL-ERRIA
En nombre de la Diputación de Nabarra se asoció el señor Errea á
los homenajes que se tributaban al insigne y preclaro Miguel Lopez
de Legazpi, que fué honra del país bascongado y honra de España.
Mostró su gratitud por los obsequios que se les dispensaban, brindó
por la unión de las cuatro provincias hermanas y terminó haciendo
votos por que la inauguración del monumento á los Fueros de Nabarra
proporcione en breve nueva ocasión de que se reunan todas las representaciones
provinciales que en Zumarraga se habían congregado,
para corresponder entonces, no sólo con palabras, sino de corazón y
con obras, á aquellas atenciones y obsequios que antes había recordado.
Recogiendo las palabras pronunciadas por el P. Mendia, recordó
su confianza de que el país basco nabarro, movido siempre en una
misma aspiración y en unos mismos sentimientos, constituya la esperanza
del Cristianismo.
En nombre de Bizcaya habló después el presidente de aquella Diputación,
Sr. Goyarrola, adhiriéndose á cuantas manifestaciones se
habían hecho por los señores que le habían precedido en el uso de la
palabra, al enaltecer los singulares méritos de Miguel Lopez de Legazpi.
Brindó por la nación española y por la paz pública, que es fuente
de prosperidad y de engrandecimiento de los pueblos.
Siguióle el presidente de la Diputación alabesa, Sr. Elío, quien dió
la enhorabuena al pueblo de Zumarraga, porque se había honrado á sí
mismo, al honrar por tan noble y gallarda manera al esclarecido conquistador
de Filipinas, Miguel Lopez de Legazpi. Brindó por que se selle
y afirme cada vez más la unión de las provincias basco nabarras, ya
que todos sus hijos tienen los mismos sentimientos é idénticas aspiraciones,
y por consiguiente, todos son unos. Dijo que por ello, Álaba
se ufanaba con las glorias de Legazpi, porque las consideraba propias;
pues lo son las de las provincias hermanas.
Y terminó pidiendo al cielo que reine la paz en breve en Filipinas
y en Cuba, pero siempre bajo la soberanía y el pabellón de España.
El diputado provincial Sr. D. Joaquín Pavía pronunció el siguiente
discurso:
«Señores: Según la feliz expresión de uno de los más preclaros ingenios
de nuestro siglo de oro: «de pechos nobles es ser agradecidos»;
y no porque hoy recojamos el fruto, debemos olvidar á los que ayer
prepararon el terreno, plantaron la simiente y cuidaron á tiempo el
tierno arbusto. Por eso, señores, me creo en el deber, como individuo
REVISTA BASCONGADA 301
de la Comisión ejecutiva del monumento que con gran júbilo se acaba
de inaugurar á la memoria del gran Legazpi, insigne hijo de esta villa, de
consagrar un cariñoso recuerdo á las diversas personas que han ocupado
la Presidencia de la Diputación provincial de Guipúzcoa y del Ayuntamiento
de esta villa de Zumarraga, así como á cuantos individuos
han sido vocales de esta Comisión ejecutiva, desde el año 1890 en
que se inició la idea de erigir un monumento á Legazpi; sintiendo
que desgracias de familia, enfermedades ú ocupaciones perentorias que
explican ausencias que todos lamentamos, me priven del placer de demostrarles
personalmente á nombre de la Comisión, el agradecimiento
de todos nuestros compañeros. Séame permitido á este propósito
dirigir mi cordial saludo y felicitación, á nuestro querido amigo don
Ramón M.ª de Lili, ex-presidente de la Diputación provincial, a cuyo
acendrado celo y entusiasmo por las glorias de este noble solar, y á
los esfuerzos por él realizados durante su presidencia, se debe en gran
parte el que hoy haya sido un día de júbilo para Guipúzcoa y para
España entera, que acaban de pagar la deuda secular que con el insigne
conquistador de Filipinas tenían contraida; honrar su memoria.
Soldado de fila en la pléyade de artistas de la España contemporánea,
hónrame sobremanera poder mandar desde éste sitio mi entusiasta
felicitación al laureado escultor D. Aniceto Marinas, autor de
la inspirada estatua que todos admiramos, joven artista en el cual se
aunan en feliz consorcio un talento del que á diario dá tan gallardas
muestras en sus notables producciones, verdaderas obras maestras, y
una modestia tal que no desdeña conocer, cuando no seguir, los consejos
de cuantos tienen la honra de tratarle; y al distinguido arquitecto
del Real Patrimonio D. Juan Moya, artista genial y de porvenir,
autor del airoso pedestal, digno sostén de estatua tan notable.
Pero cuantos hemos cultivado las artes del dibujo sabemos que de
poco serviría que el artista encargado de una obra tuviera feliz inspiración
y se remontara á gran altura en alas de su genio, si al dar forma
tangible á su concepción artística no se viera debidamente secundado
por otros artistas, no por modestos menos dignos de ser mencionados;
por eso me complazco en hacer extensiva mi felicitación á
los Sres. Masriera y Campins de Barcelona, que con su talento y con
la virtud tan característica á los hijos de la industriosa Cataluña, la constancia,
han podido fundir estatua tan admirable, y probar de paso
que España ya ha dejado de ser tributaria al extranjero de esta indus302
EUSKAL-ERRIA
tria de arte, hoy floreciente entre nosotros: felicito también, por la
misma razón, á los maestros canteros de esta localidad, Sres. Acha y
Altuna que han labrado y tallado el pedestal con la perfección ya proverbial
de los canteros bascongados; y sin notoria injusticia no me es
posible dejar de consignar la gran parte que de resultado tan lisonjero
cabe á los modestos hijos del pueblo, á los inteligentes obreros
que no por el importe del exiguo jornal con que se paga su trabajo,
sino por el entusiasmo que en ellos ha despertado el conocimiento del
fin de la obra que ejecutaban, han podido realizarla en el brevísimo
plazo de seis semanas, con la perfección que todos admiramos.
Señores: brindo por la memoria del insigne Legazpi y por las glorias
del país euskaro, que glorias de España son: brindo por cuantos
han sido vocales de la Comisión que ha llevado á término obra tan
patriótica como erigir un monumento al héroe guipuzcoano: brindo
por los distinguidos artistas autores de tan notable monumento y esperanza
del arte español: brindo por los industriales que han realizado
de manera tan maravillosa el proyecto elegido: brindo finalmente por
los modestos obreros hijos del pueblo que han contribuido, en no escasa
parte, á que hoy pudiera realizarse esta fiesta de la familia euskara
y de la patria española.»
El diputado provincial Sr. D. Alfredo de Laffitte leyó la composición
en bascuence que había sido remitida por el Sr. Arzác, y que se
publica en otro lugar de este número.
El P. Angel Rodriguez, director del colegio de Guernica, pronunció
elocuentísimas palabras, que fueron acogidas con verdadero entusiasmo,
porque demuestran las cualidades oratorias que posee el docto
agustino.
Dió las gracias, en nombre de la corporación á que pertenece, por
las atenciones que se le habían prodigado. Enalteció en frases breves
y ardorosas, el nombre glorioso de Urdaneta que vistió el mismo hábito
que él viste; evocó también el nombre de otro agustino y cosmógrafo
ilustre, el nabarro fray Martín de Rada, y terminó brindando por
la prosperidad de España, por el pueblo de Zumarraga y por que el noble
solar bascongado vea en breve restauradas sus libertades.
Siguió en el uso de la palabra el cronista de las Bascongadas señor
Echegaray, principiando por decir que el nombre de fray Martín de
Rada, evocado por su venerable amigo el P. Rodriguez, le traía á la
memoria varios recuerdos históricos que le parecían oportunos, porque
REVISTA BASCONGADA 303
demuestran que las cuatro provincias basco-nabarras han estado unidas,
bajo el pabellón español, en la conquista y conservación de las islas
Filipinas. Manifestó que al lado de Legazpi y del gran Urdaneta, para
quienes parece poco todo elogio, brillaron nabarros como el P. Rada,
que fué insigne cosmógrafo, que penetró en la China, y que, para unir
su recuerdo más indisolublemente con el de Legazpi, predicó en las exequias
que por el alma de éste se celebraron en Manila á raíz de su
muerte; bizcainos, uno Guido de Labezares y otro Martín de Goitia;
y si nó en la conquista, en la conservación del archipiélago magallánico,
alcanzó muy alta prez un alabés benemérito, D. Simón Anda
y Salazar que salvó la empresa de Legazpi, cuando en el reinado
de Carlos III atentó contra ella el poder de Inglaterra. Hizo también
mención de los nietos de Legazpi, Felipe y Juan de Salcedo, que acrecentaon
con nuevos timbres el honor de su familia. Y terminó brindando
por la unión de las provincias hermanas, y afirmando que no
debe olvidarse que Nabarra, el glorioso Reino Pirenáico, fué matriz
de todas las monarquías españolas de la Reconquista, puesto que de
Sancho el Mayor de Nabarra, descendieron las dinastías castellana y
aragonesa y los reyes de Aragón.
El Senador del Reino señor Mercader brindó por la unión de todos
los españoles, por la paz y prosperidad piública y por la integridad del
territorio nacional.
Todos los brindis fueron acogidos con grandes aplausos.
Termindo el banquete, los señores presidente de la Diputación y
alcalde de Zumarraga, dedicaron un recuerdo tan merecido como cariñoso
á los señores D. Justo Artiz y D. Juan María Aguirrebengoa,
que tan activa y decisiva participación han tenido en el éxito del acontecimiento
que allí se celebraba y al que no pudieron asistir por causas
justificadas. Este recuerdo fué recibido con unánime aplauso por
los concurrentes, no sólo por el gran apoyo que dichos señores han
prestado desde el primer momento á esa idea, sino porque nadie ignoraba
allí que al amor que ambos profesan á su pueblo natal, se debe en
gran parte la prosperidad de Zumarraga.
Tampoco pudo asistir, por hallarse ausente, el ex-presidente de la
Diputación de Bizcaya y ex-alcalde de Bilbao D. Pablo de Alzola, que
fué atentamente invitado.
304 EUSKAL-ERRIA
DESPEDIDA
Después de cantar el orfeón, en el salón donde se celebró el banquete,
varios aires bascongados, entre ellos el himno á Legazpi y el
Gernikako Arbola, las autoridades con la banda municipal y el pueblo
acompañaron á las estaciones á las Corporaciones invitadas, que
regresaron á sus localidades respectivas; continuando luego en la villa
la animación y los festejos, que se repitieron al siguiente día.
Terminamos esta reseña, felicitando con entusiasmo al pueblo de
Zumarraga, á su digno Ayuntamiento, á la Diputación de Guipúzcoa
y á sus hermanas, á la comisión ejecutiva de la estatua, al autor de
ésta, y á cuantos, en mayor ó menor escala, han contribuido á la realización
de tan hermosa obra, testimonio perenne, donde nuestros venideros
verán el tributo de admiración, de gratitud y de justicia, rendido
al inmortal Legazpi.
He aquí el texto del telegrama que en el acto de la solemne inauguración,
se acordó dirigir
AL GENERAL AZCÁRRAGA
«General D. Marcelo Azcárraga.—Madrid.—Ayuntamiento de Zumarraga
reunido con representaciones Diputaciones basco-nabarras,
autoridades y pueblo, acuerda por voto unánime, al inaugurar monumento
levantado para perpetuar gloriosa memoria del conquistador de
Filipinas Miguel Legazpi, dirigir entusiasta saludo á vuecencia, como
hijo ilustre de Manila, descendiente de Guipúzcoa.—El alcalde, Arenaza.
»
CONTESTACIÓN
«General Azcárraga á Alcalde Zumarraga.—Es altamente honroso y
satisfactorio para mí el saludo que me dirigen como hijo de Manila y
descendiente de esa provincia, cuna de tantos ilustres patricios, el
Ayuntamiento de Zumarraga reunido con representaciones Diputaciones
Bascongadas, autoridades y pueblo para inaugurar monumento que
perpetúe gloriosa memoria del conquistador de Filipinas Miguel Legazpi;
y al asociarme á acto tan solemne que demuestra cuán vivo
conserva Zumarraga su amor á la integridad de la patria, enalteciendo
al que supo aumentar sus dominios, ruego á V. S. exprese mi gratitud
á cuantos han tenido para mí un recuerdo.»
LEGAZPI
306 EUSKAL-ERRIA
EL CONQUISTADOR LEGAZPI
Nació á principios del siglo XVI, de distinguida familia, recibió
esmerada educación y siguió la carrera de jurisprudencia.
En su juventud pasó á la ciudad de Méjico, donde sirvió en la milicia.
Desempeñó más tarde en la misma población los cargos de escribano
mayor de cabildo y de alcalde ordinario, siendo muy querido
por su prudencia y rectitud.
Cuatro expediciones se malograron durante el reinado de Carlos V
que iban con destino al descubrimiento de las islas llamadas del Poniente.
Felipe II mandó en 1558 al virey de Méjico don Luis de Velasco
que preparase una quinta expedición con igual objeto que las anteriores.
En cumplimiento de esta orden se dispusieron cinco naves de distintos
portes, bien provistas, tripuladas y guarnecidas de 400 marineros
y soldados: la flota partió del puerto de la Natividad el 21 de Noviembre
de 1564. Su mando, á propuesta del guipuzcoano P. Urdaneta,
se confió á nuestro memorable Legazpi, que fué revestido por el
rey con los títulos de gobernador y adelantado de las tierras que conquistase;
autorizado además con los más amplios poderes para el ejercicio
de sus cargos.
Los expedicionarios descubrieron el 9 de Enero de 1515 una isla, á
la que se puso el nombre de los Barbados, á causa de que sus habitantes
tenían poca barba, cosa desconocida en aquellos países.
El 22 del mismo mes arribaron á las islas Marianas, llamadas entonces
de los Ladrones, y el 13 de Febrero siguiente llegaron á ver
tierra de Filipinas.
Legazpi, que se proponía su reducción por medios pacíficos, envió
REVISTA BASCONGADA 307
un batel á tierra, y habiendo fondeado el 16 en Tandaya, que es la
primera isla del archipiélago, animó á los indios á que viniesen á comerciar
con él, y á cuantos se le presentaron los recibió con afabilidad.
A pesar de esto, halló á los naturales de aquellos territorios tan
retraidos y recelosos, que no bastaba todo su amor y cariño para inspirarles
confianza, y necesitó de toda la firmeza de su carácter, para no
desesperar de la grande empresa, á cuya realización estaba destinado.
Legazpi conoció que para conseguirla necesitaba establecerse en un
punto, á fin de extender de allí sus relaciones é influencias; y habiendo
recorrido con este objeto las costas y reconocido las islas de Caballán,
Masagua y Bohol, fondeó el 27 de Marzo en Cebú.
Este fué el primer establecimiento que tuvieron los españoles en
aquel archipiélago, al cual puso el nombre de villa San Miguel.
Con su prudencia y exquisito tacto consiguió Legazpi entablar entre
españoles é indígenas amistosas relaciones, y lo que es más, que
su cacique principal, llamado Tupas, le prestara obediencia.
Legazpi llevó con reflexión la desleal conducta de los indios, pues
quería conquistarlos, más bien con la suavidad, cariño y dulzura que
con la fuerza de las armas,
Procuró, sin embargo, sostener su pequeña colonia con expediciones
marítimas á las otras islas, en las cuales extendió su comercio,
dándose á conocer por su proceder pacífico, amoroso y prudente.
Una nube vino á turbar al poco tiempo la estancia de los españoles
en aquellas tierras. Cuando más apurada se hallaba la expedición Legazpi
por falta de bastimentos, los portugueses que dominaban en las islas
Molucas, y que creyendo tener derecho sobre el archipiélago, intentaron
expulsar á los españoles atacando con una poderosa escuadra y apoderándose
de la entrada del puerto de Cebú.
La gente que tenía Legazpi, aterrada de su crítica situación, quiso
capitular, pero nuestro valeroso é insigne guipuzcoano creyó preferible
morir por hambre ó peleando antes que rendirse.
A consecuencia de esta resolución, hizo una defensa brillante, obligando
á los portugueses á retirarse, después de haber sufrido numerosas
pérdidas, así durante el combate como por la causa de las enfermedades
y demás contratiempos.
Legazpi tuvo la feliz casualidad de hallar en Cebú la imagen del
niño Jesús, que la expedición Magallanes dejó en aquel continente, y
en donde en el día es todavía conservada y venerada.
308 EUSKAL-ERRIA
En aquel mismo sitio fundó Legazpi la ciudad de Cebú y estableció
un gobierno municipal.
Ante el buen estado que presentaba aquella pequeña colonia, y recordando
el gran peligro en que se había visto por la invasión de los
portugueses, Legazpi creyó necesario tomar alguna disposición más eficaz
para asegurarse y extender la conquista.
Con estas miras determinó dejar una corta guarnición en la misma
población, y trasladarse con el cuerpo principal de su gente á otra isla,
cuyos recursos interiores fuesen suficientes á abastecerle, aun cuando
le bloqueasen por mar.
Seguidamente se apoderó de la hermosa isla de Panay; de ella salió
el 15 de Abril de 1571, y siguió á Leite, en donde revistó á sus tropas,
cuyo número total era de 280 hombres. Con tan escasa gente emprendió
la grande y peligrosa empresa de la conquista de Luzón; tomó
posesión de Manila el 19 de Mayo del mismo año.
En Junio siguiente erigió á esa población en capital de todas las
islas Filipinas; creó dos alcaldes ordinarios, doce regidores, un alguacil
mayor y un escribano de Ayuntamiento.
Habiéndose sublevado los indios de Macabebe y Hagono, envió al
bascongado D. Martín de Goitia en persecución de los amotinados.
Este consiguió quebrantar aquel alzamiento matando al general enemigo
con lo que quedó el territorio pacificado.
La conducta de Legazpi, como siempre fué generosa en esta ocasión;
dió libertad á los prisioneros y dictó un indulto general.
Hizo luego reconocimientos por el interior de la isla Luzón, y con
la ayuda de los valerosos misioneros afianzó el dominio español en
aquella región.
Se granjeó el aprecio de los chinos, con quienes entabló relaciones
comerciales y logró que otros confinantes de Cebú reconocieran
la soberanía de España.
Legazpi comunicó á Felipe II tan felices resultados, que causaron
admiración y entusiasmo en aquel austero monarca.
A consecuencia de ciertos disgustos que le ocasionaron asuntos de
gobierno, este preclaro é insigne hijo de Zumarraga falleció repentinamente
en Manila el 20 de Agosto de 1572.
Su cadáver fué sepultado en la iglesia del convento de San Agustín
de la misma ciudad y en donde actualmente se conserva.
Legazpi era hombre virtuoso, generoso, clemente, desinteresado y
REVISTA BASCONGADA 309
consagrado enteramente al servicio de la patria; como militar, valiente,
sufrido y gran táctico; como gobernador, eximio político, prudente,
justiciero y previsor.
Así, pues, D. Miguel Lopez de Legazpi no encuentra más que
merecidos elogios en la historia, elogios que recaen de una manera
muy notable en su patria guipuzcoana.
UN HECHO DEL MISMO1
Arribada á la isla de Bohol el día 22 de Enero de 1565 la escuadra
que, compuesta de cuatro naves, al mando de Miguel Lopez de Legazpi,
había partido en Noviembre del año anterior del puerto de Natividad,
en nueva España, encontró el ilustre caudillo gran resistencia
para su desembarco por parte de los isleños, que le consideraron como
tirano resuelto á esclavizarlos.
Lopez de Legazpi, que reunía el valor heróico de los capitanes de
su tiempo á la sabiduría y prudencia de un buen gobernante, comprendió
en el primer momento la necesidad imperiosa de atraerse al
reyezuelo Sicatuna, que entre los suyos gozaba gran prestigio y autoridad
por valiente y arrojado.
Atrájole al efecto á su nave, y agasajándole tal maña se dió, que
Sicatuna, convencido de su buena fe, propúsole la celebración del pacto
amistoso acostumbrado entre los naturales.
Aceptado este por Legazpi, y á presencia de gran número de indígenas
y de los reverendos padres misioneros Andrés de Urdaneta, Andrés
de Aguirre y otros, se celebró aquel, sellándose con la siguiente
ceremonia.
Al propio tiempo sangráronse del brazo derecho Legazpi y Sicatuna,
y mezclada con agua en dos copas la pequeña cantidad de sangre
extraída, fué apurada á la vez por los dos, bebiendo cada uno la sangre
del otro. Prueba á que repugnantemente se prestó Legazpi, manifestando
á sus tripulantes nada significaban algunas gotas de la sangre
(1) Del libro sobre costumbres filipinas próximo á publicarse.
310 EUSKAL-ERRIA
que había jurado derramar por su patria y en la defensa de su rey si
con ellas conquistaba nuevos súbditos á este y ensanchaba el territorio
de aquella.
«Ahora á vuestras reverencias toca convertir al Cristianismo á estos
hijos de la barbarie»—debió decir á los religiosos que tan pagana
ceremonia habían presenciado.
Los efectos de éste pacto de sangre se tocaron inmediatamente,
puesto que Sicatuna no sólo autorizó el corte de maderas para la reparación
de las naves, si que también mandó emisarios á los demás reyezuelos
de Mindanao conminándoles para que considerasen como amigos
y aliados los blancos, con los que había pactado amistad.
Y he aquí que la conquista de tan hermoso y feraz territorio no
costó en principio á la monarquía absoluta de Felipe II nada más que
unas gotas de sangre derramadas voluntaria y noblemente por el héroe
cuya memoria se honró el día 2 del presente en Zumarraga.
¡Quién había de decir al ilustre capitán que en el trascurso del
tiempo había de renovarse la ceremonia del pacto de sangre por los
descendientes de los que reconocieron y acataron la soberanía de España
para atentar contra ella!
El juramento usado por los isleños de Bohol ha sido renovado por
los sectarios del Katipunán en odio á la raza española.
J. FRANCÉS.
SU PATRIA
A la orilla derecha del río Urola se levanta la villa de Zumarraga;
en ella vió la luz primera de la vida el conquistador del archipiélago
filipino.
El cuerpo de la villa se compone de tres calles y una plaza en donde
se halla la estatua de su hijo predilecto.
Se titula NOBLE y LEAL VILLA, y el escudo de armas de que
usa, es en campo azul tres barras de oro, con un olmo en medio y á
los lados de la parte superior tres cruces de plata.
REVISTA BASCONGADA 311
Zumarraga dista de Vergara dos leguas, de Tolosa cinco, de San
Sebastián nueve, de Vitoria nueve, de Bilbao trece y de Madrid setenta
y dos.
Esta villa en su origen no era más que una mera colación ó parroquia,
cuyo nombre figura ya en el siglo XIV.
Por cédula de Octubre de 1661 se le concedió título de villa, la
facultad de nombrar alcalde de hermandad y la de tener dos escribanos
de número.
La iglesia parroquial de esta villa es de la advocación de Santa María
de la Asunción; su arquitectura es de gusto bastante discreto, de
aspecto elegante y lucido, con hermoso pórtico exterior de piedra sillar
muy bien trabajada.
Su construcción es de fines del siglo XVI y principios del siguiente,
y fué trazada y dirigida por el maestro Juan de Aguirre. La nueva
torre de esta iglesia se construyó en 1713.
La primitiva parroquia de la misma advocación, fué la iglesia que
en el día se denomina la Antigua, situada en una sierra alta, áspera y
apartada de la población en la falda del monte llamado Beloqui.
Además de ésta, hay en el término de Zumarraga varios santuarios:
Nuestra Señora de la Piedad, Santa Engracia y San Cristóbal.
Hay noticia de que ésta villa se quemó en su mayor parte en Noviembre
de 1585, y que igual desgracia tuvo el barrio de Eizaga en
Marzo de 1682.
Esta villa celebra el 2 de Julio de cada año en la parroquia Antigua
una función religiosa y civil con ezpata-dantza y romería. Algunos
suponen que el hecho de postrarse dichos bailarines con sus espadas
ante la Virgen, significa que naturales de esa población, después de sus
victorias, solían presentarse para así dar las gracias á la imágen sagrada.
Zumarraga tiene buenas fondas, hermosa plaza de arcos en la que
se halla la Casa Consistorial y bastante industria; comunicación continua
con casi todo el interior de Guipúzcoa.
312 EUSKAL-ERRIA
BERSO-KOROYA LEGAZPI AUNDIARI
Zure omena baño lenago
desegingo da bronzea,
opa zaiguzu talluntz eder au
maitaro agurtutzea.
Agur, Legazpi, zuk nai zenduen
Urdanetak languntzea,
guztiyen onran elkarturikan
ezpata ta gurutzea.
Kolon ta Magallanes,
Elkano altsuak,
ta beste milla izen
kondairan jasuak,
illak eta biziyak,
lur ta itsasuak,
alaitzen ditu gaurko
egun doatsuak.
Begiratzen diyote
beren lagunari,
Zumarragako seme
ospatsu danari,
Filipinak beretu
zizkana «amari»
euskaldunen onra dan
Legazpi jaunari.
PEDRO M.ª OTAÑO-K.
REVISTA BASCONGADA 313
Emendikan aurrera
Burni-bidetikan
Paris edo Madrid-a
Dijoaztenean,
Munduak esain dute
Zumarraga-aurrean,
Chapelak erantzita
Zu ikusitzean
¡Legazpi aundi ori!
Bronzezko irudian:
Pakezko garaipenak
Zeiñ ederrak diran.
MIGEL A. IÑARRA-K.
Alaiturikan arkitutzen da
Zumarragako erriya
goitalchatutzen dubelako gaur
bere seme bat aundiya,
au da Legazpi agertzen dana
talluntz berriyan jarriya
izan dediyen euskaldun seme
denen oroimengarriya.
JOSÉ ARTOLA.
Poztu gaitean denok
Zergatik gaurtikan
Legazpiren izena
Toki guzietan
Oroituko da gogoz
Euskal biotzetan,
Nola kalean eta
Nola mendietan.
Zumarragara dator
314 EUSKAL-ERRIA
Gaur pozez jendia
Goitutzeko batean
Legazpi aundia;
Ain da bere doaia
Guztizko argia,
Gordetzeko da bere
Erria chikia.
F. LOPEZ ALÉN.
Or, Zumarragan, zure seaska
kulunpatu zan errian,
gaur talluntza bat alchatu zaizu
mundu denaren aurrian:
t’Amerikatik ononz datozen
itsaso brumen artian.....
¡beti ikusiya izango zera
Gipuzkoan ta Españian!
ANTONIO ARZÁC.