Sagardoaren lurraldea

Inscripción en el Libro de la Contaduría de Hipotecas de la hipoteca de una casa en Ergobia y de la casería de “Ermañaco Echeverri”

Descripción

Sagardoetxea / investigación / caseríos de Santiagomendi / Ermaña

caserío ermaña historia investigación

Ficha

  • Fecha: 1830-02-02
  • Clasificación: 6.1. Historia
  • Tipo documento: Documento histórico
  • Procedencia: K44-2, pp. 111-112
  • Fondo: Sagardoetxea fondoa
  • Código: DO-001154

Texto completo

El 2 de febrero de 1830 fue presentada por Francisco de Otaño, Alcalde y Juez ordinario de Astigarraga, copia fehaciente de la escritura celebrada por testimonio de Juan Martín de Berasategui (escribano de Hernani) el 1 de febrero de 1830.

Esta escritura fue otorgada por el citado Francisco de Otaño, su padre Tomás y Micaela Josefa de Arbiza (viuda, vecina de Hernani), en que constaba que padre e hija habías recibido de ésta 9.000 reales de vellón para sus urgencias en monedas de oro y plata.

En vista de ello, otorgaron a la señora Arbiza la pertinente carta de pago y se obligaron con sus personas y bienes en pagarle en una sola partida todo el dinero que les había prestado en el plazo de ocho años, contados a partir del día de la firma de la escritura., pagándole un interés anual del 5%, o lo que es lo mismo, 450 reales de vellón más.

Como garantía de la operación hipotecaron:

• La “casa grande (sin tierras) situada en el varrio de Ergobia”, construida hacía cuatro años. Confinaba con las casas de Fagoaga y Grabelin.

• La casa de “Ermamañaco Echeverri levantada ahora hace catorce años de nueva fábrica situada en el montaña de Santiago” (fol. 116vº), con 14 jugadas de tierra labrantía, poco más o menos. Limitaba con los pertenecidos de Juan Cruz de Arrieta, Ignacio de Urquizu y con los pertenecidos de concejiles de Astigarraga.

En nota marginal se indica que esta obligación quedó extinguida por escritura celebrada el 22 de febrero de 1832 por Manuela Josefa de Arbiza ante José Manuel de Gorrochategui (escribano de Segura), cuya copia fue presentada por Francisco de Otaño el 24 de febrero de 1832.