Sagardoaren lurraldea

Pierre LOTI, testigo de las sagardotegis de Iparralde afinales del siglo XIX

Descripción

Sagardun / publicaciones / boletín / Herri baten erroak / sidrería / Norte de Francia / Pierre Loti / caserío Haranederrea

publicaciones boletín herri baten erroak iparralde sidrería sagardun

Ficha

  • Autor: Dominic Lagadec
  • Fecha: 2009-03-01
  • Clasificación: 3.6. Publicaciones
  • Tipo documento: Revistas
  • Procedencia: K151-6
  • Fondo: Sagardoetxea fondoa
  • »
  • Código: NA-000005

Texto completo

Pierre LOTI, en realidad Julien VIAUD, es uno de los más famosos escritores franceses de la época romántica, siglo XIX. Por motivo de su profesión, comandante de buque cañonero afectado a la vigilancia de la frontera franco española, vivió varios años durante varias estancias en Hendaia en el puerto antiguo llamado Kaneta. Se enamoró tanto del país vasco y de su cultura naturalista que termino fundando otra familia en el mismo. En una famosa novela, “Ramuntcho”, escrita entre 1893 y 1896, sitúa la acción de la misma en un pueblo imaginario que llama Etchezar, ubicado al pie del monte Larrun. Investigando dentro de su primer manuscrito son los nombres reales de los lugares los que aparecen, y en defi nitiva se concluye que Etxezar es a veces Azkaine y otras veces Sara (Lapurdi sur). Decidió cambiar así por nombres fi cticios por no incitar los turistas a pisar los sitios tan cariñosamente descritos. Cuando Pierre Loti habla de la vida de los vascos, refl eja la realidad de sus observaciones, a la manera de un reportaje. Por lo tanto los párrafos que tratan de la sidra y de las sidrerías son dignos de fe, a tomar a pie de la letra. En la obra "Ramuntcho" el término sidra “cidre”, esta citado 8 veces, es la bebida consumida en todas las ocasiones del día y por todos. El vocablo sidrería “cidrerie” viene en 6 ocasiones. Hace referencia a un lugar central de la vida social de los vascos, solo competido por la iglesia, y al igual que la misma presente en todos los pueblos y barrios. Insiste en el carácter pequeño y convivial de estos establecimientos utilizando las siguientes perifrases : pequeña fonda de sidra “petite auberge à cidre”, sidrería de aldea “cidrerie de village”, candido y pequeño cabaré “innocent petit cabaret”. En el capitulo 4, un párrafo completo explica el famoso menú de sidrería en los fi nales del siglo XIX en Iparralde, y por cierto no tiene nada que ver con bakalao, txuleta y demás tortillas, con lo cual todo es relativo en Euskal Herria. La escena se sitúa en el mes de noviembre, un domingo después de misa. “La comida llama ahora los vascos a sus casas o a las tabernas y, bajo el brillo un poco apagado del sol del mediodía, el pueblo parece paulatinamente desierto. Ramuntcho, se acerca a la sidrería que los contrabandistas y los pelotaris frecuentan; allí, se pone en la mesa, la boina como visera en la frente, con todos sus amigos ya reunidos: Arrochkoa, Florentino, dos o tres de la montaña, y el oscuro Itchoua, el jefe de todos. Les preparan una comida de fi esta, con pescado del río Nivelle, jamón y conejos delante de la sala, amplia y mas bien deteriorada, cerca de las ventanas, las mesas, los bancos de roble en los cuales están sentados; en el fondo, en la penumbra, los toneles enormes, llenos de sidra nueva. “ En defi nitiva el fenómeno de las sidrerías en Iparralde no es como algunos lo propagan, un “copiar y pegar” de la cultura gipuzkoana de las ultimas décadas sino un verdadero resurgir de muy antiguas y remotas costumbres compartidas entre todos los habitantes de Euskal Herria.