Donostia

San Sebastián es una de las capitales gastronómicas del mundo. Reconocida internacionalmente, cuenta con viajeros de todo el mundo que vienen a disfrutar de la gran variedad y calidad de sus restaurantes y de sus encantos gastronómicos.

La seña de identidad del País Vasco, sin lugar a dudas es la gastronomía pero, el mejor acompañamiento que puede tener un suculento festín es la bebida. Y para eso tenemos, también, la bebida autóctona por excelencia: la sidra. Se elabora desde hace siglos y se obtiene del zumo fermentado de manzanas que se realiza siguiendo las prácticas tradicionales. La mayoría de las sidrerías se concentran sobre todo al noreste de la provincia de Gipuzkoa, concretamente en las localidades de Astigarraga, Hernani, Urnieta y Usurbil.

Playa de la Concha
La Concha es la joya donostiarra por excelencia y uno de los mayores emblemas de Donostia / San Sebastián, es el marco incomparable. Situada en frente de la Isla Santa Clara la playa de La Concha llena las revistas y los periódicos y ha sido seleccionado como la playa número uno de Europa y España.

Parte vieja donostiarra
El lugar más visitado de San Sebastián es, sin duda, la Parte Vieja. Es el segundo barrio más viejo de la ciudad después del Antiguo. Se sitúa al pie del monte Urgull, el puerto por el lado del mar, y el río Urumea seguido por el barrio de Gros en la parte este.

Adentrarse en la parte vieja significa conocer el verdadero centro social de Donosita, sus empedradas calles como la 31 de Agosto, que conmemora el incendio de ese día en 1813, están llenas de bares para poder disfrutar de los mejores pintxos de la ciudad, y sus edificios emblemáticos como la Basílica de Santa maría del Coro y la iglesia San Vicente son de gran atractivo e interés.

La Plaza de la Constitución, una de las más famosas de la capital guipuzcoana, también se sitúa en esta parte de San Sebastián, que es un lugar lleno de vida y el escenario protagonista de las fiestas locales más importantes como la famosa Tamborrada.

Monte Igueldo
El Monte Igueldo se alza en el extremo de la Bahía de La Concha, marcando el límite entre el mar y la ciudad. Un lugar que aúna pasado y presente, donde recordarás tu infancia gracias a un parque de atracciones pintoresco como los que ya no quedan. Donde viajarás al pasado en un funicular de 1912, y desde donde podrás disfrutar de las vistas más emblemáticas de la ciudad.

Monte Urgull
El Monte Urgull se encuentra en uno de los extremos de la Bahía de La Concha, custodiando la Parte Vieja. Es uno de los tres pulmones de la ciudad, un paraje natural que te envolverá en un halo de tranquilidad, con caminos asfaltados, rodeados de vegetación exótica y que esconden miradores con escenarios de postal sobre San Sebastián.

El peine del viento
El Peine del Viento es un conjunto de tres esculturas de acero de más de 9 toneladas cada una, que se sitúa allí donde acaba la ciudad y comienza el mar, donde las olas abrazan los abruptos acantilados del Monte Igeldo. Eduardo Chillida ancló en sus rocas las tres esculturas para que el viento entrase siempre peinado en la Bahía de La Concha.

Playa de Ondarreta
La Playa de Ondarreta, por su ubicación, por sus aguas y por las actividades que ofrece es el lugar ideal para las familias, pero también para quienes buscan un poco de aventura o relajarse sobre la arena. Se encuentra al abrigo del Monte Igeldo y a los pies del Palacio Miramar, en plena Bahia de la Concha.

Zurriola
Situada al lado del barrio de Gros, en la falda del Monte Ulía y colindante a la Playa de la Zurriola, Sagués se ha convertido, desde su remodelación hace 15 años, en el destino favorito de surfistas y jóvenes de todo el mundo con ganas de divertirse y conocer gente. Campeonatos y constantes cursillos de surf, de volleyball, partidos de fútbol o pala que se desarrollan en la Playa de la Zurriola son precisamente lo que dotan de dinamismo y atractivo a esta zona.

Tabakalera
Tabakalera, una fábrica de tabacos de Donostia durante 90 años (1913-2003), es un nuevo centro de cultura contemporánea con una doble vocación, ser un centro de producción, y ofrecer una programación pública de actividades. Desde abril del 2011 el edificio de Tabakalera ha estado en obras. El objetivo de dicha intervención ha sido adecuar la antigua fábrica de tabaco a las necesidades de un centro de cultura contemporánea. Los cambios más evidentes se han producido dentro del edificio. En gran medida, la fachada principal se ha mantenido como estaba, para así poder preservar el carácter del edificio.

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