El declive
El siglo XVII marca el declive de la sidra. Los manzanos son sustituidos por el cultivo del maíz.
El vino ganaba adeptos. A partir de 1630 los viajes a Terranova para cazar ballenas y pescar bacalao, fueron decreciendo hasta su interrupción definitiva en 1714 con la firma del Tratado de Utrecht, por el que aquellas aguas pasan a manos inglesas. La sidra deja de ser una bebida cotidiana para convertirse nuevamente en producto de consumo familiar y local.
La introducción y difusión de nuevos cultivos supuso un cambio profundo en la estructura agrícola. Arrinconaron y suplieron a las plantaciones de manzanos porque daban mejores rendimientos y se aclimataron rápidamente al terreno. Así ocurrió con el maíz en el siglo XVII, que había llegado de América pocos años antes. Y en los siglos posteriores, en los que el manzano fue desplazado por el cerezo o por plantaciones de pinos.
Nos habla “Txalaka”, uno de los pocos manzanos que quedaban en Santiagomendi a mediados del siglo XVII, sobre sus preocupaciones y de su esperanza de que el comercio de la sidra reviva y con él todo el manzanal:
El mundo de la manzana y la sidra forma parte en Euskal Herria de una profunda tradición, de un modo de vida que ha transcendido en alguna manera a nuestros días y que ha llegado con signos claros de una cultura profundamente enraizada. La txalaparta, el bertsolarismo, la kirikoketa, los juegos de bolos o los deportes rurales, la sagar dantza… son claros signos de ello.